Con el semblante descansado, gracias a que durmió mejor que la primera noche, Alberto Fernández aprovechó el domingo para visitar a la Virgen de Guadalupe y encontrarse con su amigo, el cantante uruguayo Jorge Drexler, con quien acordó cenar en el restaurant del hotel donde se hospeda, ubicado en el coqueto barrio de Polanco. La cena, finalmente, no se concretó, y si bien hoy mantendrá una reunión a solas con el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, la preocupación del presidente electo es, a todas luces, la situación de la economía. Fernández dejó en claro en sucesivas charlas con miembros de su delegación, e incluso periodistas, que mejorar los ingresos y alentar el consumo son sus objetivos prioritarios. Todavía hay dudas sobre el método y la forma de llevarlo adelante sin generar un rebrote inflacionario.
Cerca del presidente electo desmienten que se haya decidido un futuro aumento del 35 por ciento en precios y salario. “No sé de dónde lo sacaron, aunque las medidas van a ir en ese sentido, el de mejorar la vida cotidiana de la gente”, comentaron muy cerca de Fernández, en relación con una versión desmentida acerca de un eventual aumento.
Con ese objetivo en mente, Fernández llegó el jueves pasado hasta el departamento céntrico de Roberto Lavagna, como confirmaron a cerca del presidente electo. “Me gusta escucharlo, Roberto es un hombre muy inteligente”, dejó trascender Fernández, algo sorprendido por la difusión de la noticia sobre el encuentro. “Fue el mismo día que decían que Alberto estaba internado en el Sanatorio Otamendi”, ironizaron cerca de Fernández. Ambos compartieron el primer gabinete de Néstor Kirchner, y el hoy presidente electo respeta a su rival del domingo 27 de octubre más allá de antiguas desavenencias.
El equipo económico
Cerca de Fernández niegan cualquier ofrecimiento hacia el exministro de Economía y reciente candidato presidencial, una carrera en la que terminó tercero con poco más de 6 puntos, lejos del Frente de Todos y Juntos por el Cambio. Cada vez que le preguntan por el nombre del próximo ministro de Economía, Fernández da dos: Cecilia Todesca, que llegó con la delegación en la madrugada del viernes, y Matías Kulfas, que participará de la reunión con funcionarios de López Obrador para avanzar en la relación bilateral. “Cecilia y Matías ya están definidos”, suele repetir el presidente electo, sin dar pistas sobre a quien elegirá finalmente para el cargo mayor. La situación de Guillermo Nielsen es diferente: para Fernández, su colaboración es “muy importante” en un rubro específico-y nada menor-como el endeudamiento argentino y la relación con el FMI, aunque su desembarco en algún ministerio es más difícil.
En relación con las negociaciones con el organismo internacional de crédito, que según el albertismo “aún no comenzaron”, Fernández espera el apoyo explícito del presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, y también-o por sobre todo-el de Donald Trump.