Tras un mes de crisis en Bolivia luego de las elecciones generales donde se denunció fraude, un acuerdo de todas las fuerzas políticas bolivianas se concretó para convocar a nuevas elecciones que no contemplarían la participación del expresidente Evo Morales, quien fue acusado de sedición y terrorismo.
El trato para el proyecto de ley fue alcanzado por la noche, luego de complicadas negociaciones entre los legisladores de las bancadas del Movimiento Al Socialismo (MAS), Unidad Demócrata (UD) y el Partido Demócrata Cristiano (PDC).
En el proyecto no se incluye a Morales, quien está asilado en México y alega un golpe de Estado tras quedar cercado por las protestas contra un supuesto fraude electoral y perder el apoyo de la policía y los militares.
El senador Oscar Ortiz, del gobierno de transición de la presidenta interina Jeanine Áñez, informó acerca del consenso que anularía las elecciones del 20 de octubre. El proyecto dejará “sin efecto las anteriores elecciones, sus resultados y se establece un nuevo mandato para crear un Tribunal Supremo Electoral (TSE) en el plazo más breve posible”.
Tras anunciarse el acuerdo, manifestantes afines al expresidente empezaron a levantar los bloqueos en las vías de acceso a las principales ciudades de Bolivia.
En un comunicado de prensa, organizaciones sociales afines a Morales instruyeron el retiro de los bloqueos, aunque mantuvieron el estado de emergencia hasta que el Congreso apruebe la convocatoria a elecciones.
Morales dimitió el pasado 10 de noviembre después de que la Organización de Estados Americanos (OEA) confirmara “irregularidades” en las elecciones presidenciales del 20 de octubre. En este mes de protestas, más de 20 personas han muerto y más de 700 han resultado heridas.