La Policía de la Ciudad recibió el llamado de Basra Parminder, un hombre de nacionalidad india, quien confesó que había degollado a su esposa.
Cuando el móvil de la Comisaría Vecinal 10C se dirigió hasta la casa, el femicida les dijo que la había asesinado porque le había sido infiel. “Los hijos vieron absolutamente todo”, aseguró una vecina.
El cadáver de María Salinas, de 33 años, estaba sobre la cama matrimonial con un corte profundo en la garganta y se estima que llevaba por lo menos seis horas muerta. Durante todo ese tiempo estuvieron con ella sus tres hijos, dos nenes y una nena.
Después de matar a la mujer, el hombre trató de quitarse la vida. Tenía heridas en el cuello y fue trasladado al hospital Piñero, donde quedó internado con custodia policial. Cuando se recupere tendrá que responder ante la Justicia por “homicidio agravado por violencia de género”.
Una vecina del matrimonio reafirmó ante la prensa que los pequeños fueron testigos de todo y agregó que cuando pudo verlos uno de ellos contaba que su papá “le había metido la cabeza” a su mamá “en una bolsa” y que ella tenía “la cara pintada”. “No era que estaba pintada, tenía toda la cara golpeada”, explicó la mujer.
De acuerdo a las primeras versiones, Parminder habría visto fotos de su pareja con otro hombre. Por ese motivo discutieron y en un momento de la noche él la mató. Pero no fue el primer episodio de violencia entre los dos.
Al respecto, la vecina del matrimonio contó que la víctima tuvo un botón antipánico y que hace unos 15 días la policía fue al edificio porque, al parecer, Parminder le había pegado. “Vinieron, pero ella lo negó”, recordó.