Un método recomendado por los nutricionistas para armar un menú nutritivo y con las calorías justas.
Las listas sobre los alimentos que conviene incorporar en una dieta saludable y que permita llegar a un peso deseado y saludable suelen ser muy extensas. Una vez incorporadas estas sugerencias quedará determinar las proporciones recomendadas.
Una guía fácil de seguir y que ayuda a organizar un menú diario o semanal es que el 50 por ciento de los alimentos debe ser crudo. O, dicho de otro modo: un bocado de alimento crudo y otro, cocido.
¿Solo lechuguita? Para nada. El desafío es incluir verduras, frutos de distinto tipo (la palta, el tomate o las aceitunas, por ejemplo, pertenecen a este grupo) y secos, semillas activadas, germinados, salsa de soja fermentada (es distinta a la presentación industrial). Con las combinaciones de sabores y texturas que cada uno cree.
La siguiente pauta para completar el método es limitarse a un único plato por comida y ser conscientes con respecto al tamaño de las porciones.
Un consejo: que los platos sean bien coloridos, para asegurar la inclusión de más vitaminas.
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Las ventajas: “además de ser una forma de limitar las cantidades, la ingesta de una mayor cantidad de vegetales crudos, le brinda al organismo más enzimas digestivas, que están presentes en este tipo de alternativas, que benefician la digestión y la metabolización del resto de las comidas. Un ejemplo: el almidón, combinado con una ensalada engorda mucho menos que solo”, explica la licenciada en nutrición y holistic health coach Patricia Robiano, especialista en nutrición natural.
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Además, “estos alimentos contribuyen a revertir los procesos de envejecimiento, ya que cuentan con altos contenidos de sustancias capaces de revitalizar y regenerar las células. De esta forma, el organismo aprovecha mejor todos los nutrientes. Está comprobado que los procesos de cocción destruyen vitaminas, evaporan oligoelementos e importantes fermentos”, completan las licenciadas en nutrición Julieta Caramuti y Natalia Vincent, creadoras de la cuenta de Instagram Nutralosophy.
También son una buena manera de elevar las defensas y aumentar la energía. Cuando se busca bajar de peso, “al ser un sistema posible y más fácil de mantener en el tiempo se evitan las subas y bajas, que tienen efectos adversos en cuanto a lo físico y también generan mucha frustración”, dice Robiano.
La modelación corporal es un factor extra. “En este tipo de dietas, el páncreas no realiza demasiado esfuerzo y se evitan variaciones en la insulina, causantes de la grasa abdominal”, completa Robiano.
El plato balanceado ideal
Siguiendo estos parámetros, las especialistas dan algunos consejos.
“La mitad correspondiente a los alimentos crudos deberá ser lo más colorida posible. De esta manera, aseguraremos distintos minerales y vitaminas, además de fibra y agua”, recomiendan Caramuti y Vincent.
“El 50 por ciento restante deberá ocuparse en porciones iguales por granos, fuentes de carbohidratos completos, y proteínas de alto valor biológico, como carnes de distinto tipo y cortes magros y huevos”, agregan Caramuti y Vincent.
En el caso de las personas que siguen una dieta vegetariana o vegana, deberán reemplazarse las proteínas animales por otras vegetales.
Si bien las sugerencias dadas anteriormente son las ideales y las más recomendadas, la mitad que no corresponde a los vegetales crudos podrá completarse con las preparaciones típicas de la casa -como milanesas con puré o pastel de papas-.
Algunas advertencias para no pasar por alto: que el resto de las comidas y las colaciones también se ajusten a estos criterios y beber abundante cantidad de agua.