En las redes consideran que no deben llamarlo “salame”.
El salame vegano tiene su origen el Barcelona, España, de la mano de tres mujeres emprendedoras que empujan este proyecto hace cuatro años. Su objetivo, como al igual de miles de personas que ya se sumaron a esta movida saludable, es poder disfrutar de algo sabroso, tentador y prescindiendo del ingrediente cárnico. Sin embargo el nombre “hace ruido” entre los omnívoros
Para la mayoría de los que deciden dejar de consumir productos con carne no se trata de una moda, sino de un estilo de vida. Desde hace tiempo numerosos productos vegetales que simulan los platos tradicionales con carne comenzaron a ser tendencia entre los vegetarianos. Hay hamburguesas, salchichas, queso a base de papa, dulce de leche hecho en base a almendras y coco, nuggets de arroz con garbanzos triturados, salchichón primavera hecho con cebolla y remolachas y albóndigas de lentejas.
Basta acercarse a una góndola de supermercado o a un comercio naturista del barrio para ver que existe un gran abanico de nuevas ofertas de alimentos elaborados que imitan la textura, el color y el sabor de productos vacunos.
Ahora la novedad llega con un salame que bien puede ser parte de una picadita tradicional. En este caso, la versión vegana tiene como ingrediente principal la calabaza que es preparada especialmente para lograr el famoso “Calabizo”, tal el nombre comercial que le pusieron las creadoras de España.
La receta es muy simple, si bien lleva un proceso de triturado y cocción previo, en su composición podemos encontrar elementos naturales como cebolla ajo, especias, sal, orégano, pimienta y aceite de oliva virgen extra (para sustituir la grasa magra de cerdo).
Su nombre causa revuelo al relacionarlo con este clásico embutido porque esta es una denominación reservada para productos cárnicos, aunque en la actualidad, no se busca competir con el producto en sí, sino imitar sus componentes físicos y el sabor, pero evitando que intervengan animales en su elaboración. Por medio de una etiqueta, señalan que el producto está hecho de calabaza ahumada y curada, y es 100 por ciento vegetal.
Pese a las explicaciones, en las redes sociales el debate se desató, dado que para muchos el producto debería se denominado de otra manera y no como “salame”.
Escribí “si sos vegano, no queres comer salame”.
Al parecer, la mayoria de los veganos se mueren de ganas de comer salame… pero se reprimen por la crueldad y el medio ambiente y coso.Ok! Cada uno se autoflagela como quiere… 🤷♀️🤷♀️🤷♀️
— Maria 🌷🍋 (@Maria_delosA_) November 14, 2019
Repudio los portales que publican las novedades gastronómicas veganas, cuyos nombres remiten a algún producto no vegano, con ironía y tono burlezco. Dejalos vivir amigue, si le quieren poner salame a algo que no es un salame, allá ellos.
SALAME— Pachi (@JohaBertacchini) November 14, 2019
Hay salames veganos, y salames que se indignan por el salame vegano.
— J U A N C E (@juancete_ok) November 14, 2019