Una cosa es tener conciencia sobre los problemas ambientales derivados del crecimiento global de la utilización de plásticos; otra diferente es encontrar un claro ejemplo del prolongado daño que causan los envases descartables, bien a mano. Algo de esto pasó ayer en la cuarta jornada de recolección y categorización de residuos “Más río, menos basura” cuando los voluntarios encontraron el recipiente de un jugo producido en 1978. Una de las sorpresas que dejó la clasificación de los ocho contenedores de residuos que se acopiaron después de recorrer la costa del Paraná, desde el camping del Sindicato Municipal hasta la playa de Granadero Baigorria.
La explanada del Acuario del Río Paraná fue el lugar elegido para hacer la separación de toda la basura recogida durante la jornada de limpieza solidaria organizada por el colectivo Más Río Menos Basura, conformado por el acuario, el club de acuarismo Croa, El Paraná no se toca, Fridays for Future, Greenpeace Rosario, STS Rosario, Taller Ecologista y la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano (Ucel).
Más de 150 personas participaron de la actividad que comenzó a media mañana. Desde las 10 y hasta las 14, los voluntarios recorrieron —a pie, en kayaks o en lanchas— la playa del camping municipal, la desembocadura del arroyo Ludueña, Costa Alta, La Florida y la reserva ecológica y el Islote de los Mástiles, ambos en Granadero Baigorria.
Durante las recorridas, al Acuario llegaron más de cien bolsas de residuos que completaron ocho contenedores. Después, los organizadores se encargaron de clasificar los desperdicios, separándolos por el tipo de material: botellas, plásticos rígidos, envoltorios, metales, textiles, tetrabrick y vidrio; cada cosa por su lado.
También se determina la finalidad de los productos. Los cuatro grandes rubros, según frecuencia de aparición, son bebidas, alimentos, cuidado personal y limpieza.
Los hallazgos reproducen, ni más ni menos, que las formas masivas de consumo. “Este año encontramos muchas botellas de plástico, latas, telgopor, envoltorios de alimentos y bolsas camisetas. Como siempre la mayor proporción fue de plásticos”, destacó el referente del Taller Ecologista, Mirko Moskat, y apuntó que “lejos” las botellas de plástico resultan el residuo más abundante.
A diferencia de años anteriores, “hubo mucho más latas y también mucha vajilla descartable y sorbetes. También nos encontramos con mucho telgopor, hallamos bolitas blancas flotando por todos lados”, sumó Clara Mitchell, del Acuario Río Paraná.
Entre tanta basura, la costa del camping municipal depararía a los voluntarios una “perlita”, un envase de jugo con fecha de vencimiento en 1978, algo desgastado por haber permanecido tanto tiempo a la intemperie, pero íntegro.
No es sólo estética
La jornada “Más río, menos basura” no tiene como objetivo la limpieza de la costa, sino crear conciencia y reflexionar críticamente sobre los hábitos de consumo y lograr que las empresas empiecen a cambiar sus prácticas y el Estado desarrolle nuevas políticas públicas para evitar la generación de residuos.
Por eso, cada año, mediante el estudio de lo recolectado, se realiza un minucioso informe dando a conocer —entre otros datos— cuáles son las marcas que más contaminan el Paraná. En las tres ediciones anteriores participaron más de 350 voluntarios y se retiraron del río unas 4 toneladas (4.000 kilos) de basura.
El año pasado, los voluntarios mayoritariamente recolectaron plásticos de un sólo uso, en especial botellas. De acuerdo al informe de 2018, el 90 por ciento de los ítems eran plásticos. Y casi el 50 por ciento de las marcas identificadas se correspondieron con 6 empresas: Coca Cola, ProduNoa, Pritty, PepsiCo, Danone y Arcor.