Fue este lunes por la noche en Plaza San Martín. Miles de personas participaron en silencio sin banderas ni pañuelos de un impactante pedido de reacción a las autoridades.
Los familiares y amigos de Gabriela Degiorgio se esforzaron por las redes sociales y en contactos personales en explicar que no querían una marcha política y aclararon que ellos no habían convocado a la movilización. Los familiares directos de la víctima y las amigas más cercanas no participaron.
Participaron miles de personas, muchas amigas de la comerciante asesinada y muchas comerciantes y empleadas de comercio que estuvieron presentes. La mayoría no conocía a Gabriela, pero estuvo ahí para pedir la reacción de quienes deben dar respuestas.
No había banderas, no había pañuelos, no había velas. Había impotencia y dolor.
Un estremecedor y respetuoso silencio acompañaba a los caminantes alrededor de Plaza San Martín. Comenzaron en la esquina de San Martín y Aaron Castellanos y caminaron alrededor de la plaza ocupando veredas y las dos calles de la plaza.
Cuando los primeros llegaron a la Basílica Natividad, los últimos todavía peregrinaban en la esquina de Sarmiento y Avenida Córdoba. Damos esta ubicación para tomar dimensión de la impactante movilización que se vivió de manera respetuosa y en silencio en Plaza San Martín.
Los presentes llegaron a las escalinatas de la Basílica. No todos eran católicos pero esperaron pacientes el saludo de los pastores porque en el frente del templo mayor de la ciudad estaba la foto de Gabriela y el sirio iluminándola.
Fue allí cuando el padre César Zingerling acompañado del sacerdote Ernesto Aguera saludaron a los presentes. Aclararon que la presencia del público los llevaba a una reflexión, a un pedido de justicia y a un mensaje de paz para la sociedad.
Recordaron que el domingo el cuerpo de Gabriela estuvo en ese templo, que acompañaron a sus seres más queridos y que esta movilización multitudinaria obligaba a reflexionar a todos. A acompañar a los seres más queridos que ya no pueden estar con ella y a sus hijos.
Luego del mensaje de los pastores llegó el silencio, el saludo respetuoso y un aplauso de agradecimiento para todos los presentes. Ese aplauso interminable fue el mejor mensaje que permitió unir aún más a todos. Por Justicia y mejor Seguridad. Por Gabriela. Por su gente. Por más soluciones y trabajo comprometido de quienes deben dar respuestas. Por mas acción y menos palabras. Por Gabriela y el dolor de su ausencia.