Un hombre de 35 años que en 2018 estuvo detenido e imputado por una saga de hechos violentos contra su pareja e incluso incumplió un tratamiento psicológico por esa problemática, quedó nuevamente detenido el lunes a la noche tras ser denunciado por golpear salvajemente a la víctima y provocarle serias lesiones en el cuello, brazos y cara. Tras ser imputado, un juez ordenó que quede en prisión preventiva por 90 días.
La problemática de la violencia de género tiene aspectos complejos que se puede observar en el caso de una mujer de 33 años que estuvo al borde de padecer una situación aún más grave, si no fuera porque una hermana logró denunciar que el concubino otra vez la había golpeado.
Por un lado un sistema de abordaje judicial que no terminó de poner límites al agresor, y por otro la compleja situación de la víctima que, con limitaciones para procesar o asimilar la realidad que padeció durante años, no pudo avanzar en denuncias concretas que le permitieran salir de ese encierro.
Diego Andrés F. fue imputado en agosto del año pasado por acumular cuatro causas por distintos hechos de golpes, amenazas y agresiones contra su concubina. Estuvo detenido 30 días, pero cuando se venció ese plazo y se revisó su situación cautelar, la víctima solicitó que no lo dejaran preso, pero que se instrumentarán medidas para que no se le acercara.
Entonces el juez Luis María Caterina (ya jubilado) aceptó la sugerencia, y a mediados de septiembre de 2018 concedió la libertad al imputado, aunque ordenó que se lo sometiera a un dispositivo de abordaje psicológico por su problema de adicción a las drogas. Sin embargo, el hombre asistió a una sola entrevista y luego incumplió el tratamiento.
Reincidente
La conducta de Diego Andrés F. no cesó. El lunes a la tarde volvió a golpear a su mujer delante de un hijo de la pareja, de 9 años. Ese primera escena ocurrió dentro de la casa que compartían los tres en Convención al 2000 (a la altura de Cerrito a 200).
Si bien la víctima escapó a la casa de una hermana, donde buscó refugio, más tarde decidió regresar a su vivienda para buscar algo de ropa. En ese momento el agresor la interceptó, la tomó del cuello e intentó ahorcarla, y la golpeó con ferocidad en distintas partes del cuerpo.
La víctima resultó con lesiones en la cara, boca, brazos y raspones en los hombros. Al advertir esa circunstancia, la hermana de la víctima llamó al 911 y denunció la situación.
El agresor quedó detenido muy cerca de la casa, y ayer fue trasladado al Centro de Justicia Penal (CJP). Allí la fiscal de la Unidad de Flagrancia Lorena Aronne le imputó los delitos de lesiones leves dolosas agravadas por la relación preexistente, concretadas en contexto de violencia de género, y amenazas coactivas.
El acusado, que además tenía antecedentes condenatorios por delitos contra la propiedad, estuvo representado por la defensora pública Anabela Antegiovanni. Si bien no declaró, indicó que su oficio es ser electricista.
“Es un hecho de violencia sistemática, con varios antecedentes, incluso la mujer fue amenazada con armas de fuego. Ahora este hombre utilizó una modalidad similar. El tema es que la víctima no había logrado empoderarse para salir del drama que vivía”, describió Aronne sobre una realidad que se repite en muchos casos de mujeres maltratadas.
El juez Carlos Leiva aceptó el encuadre y la calificación del caso y ordenó la prisión preventiva del acusado por un plazo de 90 días. De ahora en más la carpeta judicial quedará en manos de la Unidad Fiscal de Violencia de Género, desde donde se instrumentarán las medidas para la intervención del gabinete interdisciplinario con el objetivo de contener a la víctima.