Desde la gestión Lifschitz ya establecieron contacto con el equipo social de Fernández para sumar los lácteos Acunar. La provincia desarrolló una innovadora leche fluida para embarazadas y bebés. No la venden en las góndolas, sino que integra programas sociales.
Los ministerios de Producción y Salud de la provincia de Santa Fe lanzaron en junio la línea de productos lácteos Acunar, una leche fluida para embarazadas y bebés que se entrega en los centros de salud santafesinos para contrarrestar una cruda realidad: un 50 por ciento de niños y niñas no reciben una alimentación adecuada.
Así lo recordó la ministra de Producción, Alicia Ciciliani. El alimento no va a las góndolas. Integra programas sociales que garantizan derechos elementales a familias en situación de pobreza extrema. El objetivo ahora es trascender las fronteras y sumar el producto al plan contra el hambre que presentó hace unos días el presidente electo, Alberto Fernández. Ya hay contactos establecidos y la semana que viene la ministra Ciciliani tendrá una reunión con el futuro ministro de Desarrollo nacional, Daniel Arroyo.
El producto
El alimento infantil a base de leche fluida (no en polvo) está patentado por el gobierno santafesino. El producto envasado bajo el sistema tetrabrik pasó los exámenes y controles bromatológicos oficiales. La materia prima que se usa para elaborarlo es leche de tamberos de la zona que trabajan con envasadores de la región para abaratar costos. Está hecho en un 65 por ciento a base de leche y contiene un 35 por ciento de componentes nutricionales.
La primera partida fue hecha en colaboración con la empresa láctea santafesina Tregar y en la segunda etapa participó la multinacional Nestlé. El envase garantiza inocuidad y una cadena de distribución que no necesita frío, lo que permite ajustar costos en logística.
Acunar está dirigida a tres sectores específicos: la línea mamá para embarazadas y mujeres que amamantan; para bebés de uno a tres años, y para niñas y niños a partir de los 3 años.
“Los primeros 1.000 días se les debe garantizar el alimento a los chicos y las chicas que ya tienen un punto de partida de una gran desigualdad”, advirtió la funcionaria provincial.
“El producto Acunar no va a las góndolas porque se trata de un elemento social que se entrega en los centros de salud. Los niños en situación de pobreza son los que más lo necesitan. Lo estamos produciendo hace dos años. Muchas familias no tienen acceso al agua potable y por eso la forma de disolver la leche genera problemas”, agregó.
Desde el Ministerio de Producción santafesino hicieron un seguimiento exclusivo para paliar deficiencias nutricionales. Detectaron que 635 madres de toda la provincia, de entre 16 y 25 años, tenían carencias de hierro.
Ciciliani pretendía trasladar la iniciativa a nivel nacional. Pidió varias reuniones con la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, pero dijo que ella “no acusó recibo”. La propuesta viajará la semana que viene a Buenos Aires, donde la recibirá el próximo ministro de la cartera de Desarrollo Social.
“La semana que viene nos reunimos con Arroyo. La idea es incluirla dentro del plan nacional contra el hambre que presentó Alberto Fernández. Sería una de las líneas de trabajo. Es un programa innovador porque toma el área de salud y de la producción”, remarcó la ministra.
Contra el hambre
A principios mes, el presidente electo Alberto Fernández presentó un plan contra el hambre y aseguró que una de las primeras políticas que tratará será el precio de la canasta básica.
La iniciativa tendrá un seguimiento en tiempo real que será analizado a través de tres indicadores: inseguridad alimentaria severa (hambre), malnutrición y pobreza. Además, contempla la creación de un Consejo Federal del que participarán universidades, iglesias, cámaras empresariales, sindicatos, organizaciones sociales y actores interesados en el rubro.
El mecanismo para combatir el hambre será una tarjeta de alimentos para las madres que tienen hijos menores de seis años. Les permitirá comprar productos que les serán sugeridos según las necesidades alimentarias. Podrán adquirir todo tipo de comidas y bebidas, a excepción de alcohólicas, y además habrá 13 rubros de la canasta básica que tendrán descuentos especiales. El plástico permitirá comprar los alimentos que quieran, pero algunos productos contarán con devolución del IVA.
La tarjeta está pensada como una política social para que las familias tengan un seguimiento nutricional con profesionales de la salud.
El programa llegará a unas 8 millones de personas. Si bien el presupuesto de este año fue de 27 millones de pesos apuntan a incrementarlo a más de 40 millones.
Cruda realidad
La cruda situación social que se enmarca en los datos de pobreza es un fenómeno que viene creciendo en todo el país. El reciente informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) destaca que en el primer semestre de 2019 el número de personas por debajo de la línea de pobreza creció al 35,4 por ciento, frente al 27,3 por ciento del mismo período de 2018.
La cifra representa unos 15,9 millones de personas en todo el país –cerca de 3,8 millones más que el año anterior– cuyos ingresos no alcanzan para cubrir los servicios básicos.
En tanto, la indigencia –las personas que no tienen ingresos suficientes para hacer frente a las necesidades alimenticias– trepó al 7,7 por ciento, frente al 4,9 por ciento del mismo período de 2018. Se destaca la profundización de la pobreza extrema en el proceso de deterioro de la condiciones de vida, la cual aumenta en un 57,1 por ciento.
La cifra es la más alta en la era Macri: 3,2 puntos porcentuales más desde el 32,6 que se registró el primer semestre de 2016 (entre 2007 y 2015 el Indec estuvo intervenido).