El presidente Alberto Fernández aseguró ayer que su gobierno “frenó un colectivo que iba hacia el precipicio” y ahora debe “administrar el caos”, al sintetizar la situación en la que recibió el país, y pidió que “se dejen de macanear” porque “no hay congelamiento” en las jubilaciones.
Tras la sanción de la ley de Solidaridad Social, también mencionada como de emergencia económica, Fernández aclaró que “lo único que cambió fue el cálculo de actualización” de los haberes del sistema jubilatorio.
También aseveró: “Frenamos un colectivo que iba hacia el precipicio”, que asumió con una “situación un poco parecida” a la de 2001 y que solicitó facultades especiales para “administrar el caos”.
Asimismo, el primer mandatario anunció que “en marzo va a haber un aumento para todos” los adultos que componen el sector pasivo.
Fernández aseveró que “no estoy congelando nada” respecto de las jubilaciones y añadió que “en diciembre hubo un aumento, en diciembre y enero dimos dos aumentos y en marzo habrá otro para todos” los pasivos.
“En diciembre fue el 9 por ciento para todos. Y a las mínimas les dimos un adicional de 5.000 pesos en diciembre y otro adicional en enero. Y en marzo va a haber un nuevo aumento para todos”, enfatizó.
Aclaró que el esquema de cálculo del anterior gobierno queda “suspendido” por 180 días, durante los cuales se buscará un nuevo método, pero insistió con que no se postergan las actualizaciones de los montos de los haberes del sector pasivo.
El primer mandatario pidió que “dejen de macanear” sobre esa cuestión a quienes sostienen que hay “congelamiento” e insistió con que el cambio de fórmula de actualización “no significa” un freno al aumento de los haberes.
Sobre el tema abundó que la fórmula jubilatoria anterior “casi incendia la Argentina” y le atribuyó a ese cálculo el inicio del “final” de la gestión del expresidente Mauricio Macri, porque “era imposible de sostener”.
“Era un sistema de indexación de la economía de unos tipos que no fueron capaces de parar la inflación en Argentina y la multiplicaron por dos”, añadió sobre el gobierno de Cambiemos.
Y subrayó: “Yo estoy preocupado por los jubilados, no ellos, que los dejaron como los dejaron”.
Además, sostuvo que asumió la administración del país en “una situación un poco parecida” a la de 2001 “en muchas cosas”, al apuntar que “en aquel momento había 57 puntos de pobreza y ahora 41; una deuda en default y ahora hay un virtual default, y había un problema de desempleo creciente, como ahora”.
“Gracias a Dios no tenemos el estallido social como en 2001, porque la gente votó un cambio”, sostuvo el mandatario.
También afirmó que las facultades especiales que solicitó a través del proyecto de Solidaridad Social son para “administrar el caos”, al expresar que “lugar donde voy, hay un problema”.
Y matizó que “sobre cómo ejerza estas facultades voy a tener el control social y, cuando me equivoque, me lo van a reclamar”.
Por otro lado, destacó que los mercados “reaccionaron bien” a la presentación de su programa económico y lo justificó en que los sectores financieros “vieron racionalidad”.
También aseguró, en ese sentido, que “no van a pagar la deuda” con el FMI “los sectores más desposeídos”.
Sobre la ley con medidas de emergencia sancionada por el Congreso, dijo que se “sentaron las bases para tranquilizar la economía” porque, graficó, “estábamos absolutamente desbordados por alguien que decía que iba a hacer lo mismo pero más rápido”, en referencia a Macri.
El Presidente dijo en otro tramo del reportaje que “aprendió” del conflicto de 2008 por la resolución 125 con el sector agropecuario por las retenciones a las exportaciones, y aseguró que por ello no cometerá “dos veces ese error”, por lo que propuso entonces la “segmentación” de ese gravamen para distintos tipos de productores.
Consultado sobre su vínculo con la vicepresidenta Cristina Fernández, el mandatario dijo que la relación está “muy bien” y que si ella “no hubiera cambiado”, él “no sería presidente”.
“Ella estuvo muy enojada conmigo, y fue ella la que me propuso ser presidente”, dijo, y añadió: “No cambió en sus ideas y convicciones, y ayuda mucho a que las cosas se hagan preservando y cuidando a los que menos tienen”.
Acerca de la designada interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Cristina Caamaño, aseguró que la fiscal “no apoya un proyecto partidario” sino que “es parte de un movimiento dentro de la Justicia que, en todo caso, tiene una mirada del país parecida a la nuestra”, en referencia al colectivo Justicia Legítima.
El Presidente destacó la “honestidad intelectual, capacidad y coraje” de Camaño.
Al mismo tiempo resaltó la idoneidad y la independencia del nuevo titular de la Oficina Anticorrupción, el fiscal Félix Crous, también miembro de Justicia Legítima.