Miguel Lifschitz transita su última semana como gobernador de Santa Fe antes de pasar a presidir la Cámara de Diputados de la provincia y, de cara a su nuevo rol, afirmó: “Yo no me veo como un opositor, no me gusta ser ropositor de nada”.
“Vamos a trabajar propositivamente. No vamos poner ningún obstáculo y ser una oposición muy constructiva para continuar una tradición de dos décadas en esta provincia en donde gobierno y transición garantizan la gobernabilidad”, dijo Lifschitz en Canal 3 de Rosario.
En paralelo, el gobernador saliente adelantó que buscará “ampliar el Frente Progresista” aunque ese proceso llevará un tiempo.
“Los partidos tenemos que reordenarnos”, dijo sobre las discusiones internas en el radicalismo y en el socialismo. También se mostró a favor de “sumar dirigentes de otros sectores” para ir hacia un espacio “más amplio y plural”.
En ese sentido, sostuvo que el “perfil no sintoniza con las ideas del PRO y Cambiemos” y que “tampoco nos hemos alineado con el peronismo y aspiramos a que un espacio alternativo pueda crecer”.
Con respecto a las polémicas generadas en la transición al gobierno de Omar Perotti, Lifschitz dijo que esas negociaciones “siempre son complicadas, aún cuando son dentro del mismo partido político, porque hay cambios de equipos”. Esos roces, dijo, se agravan cuando se viene de la competencia electoral.
“Pero se ha ido ordenando, hubo disparidad en algunos temas pero en las últimas semanas primó la responsabilidad para encontrar una solución amigable. Nos pusimos de acuerdo en el presupuesto, con cambios que propuso el equipo de Perotti”, señaló el socialista.