Solo algunos opulentos afortunados pueden permitirse el lujo de tener en el garaje un superdeportivo como el Lamborghini Aventador. Se trata de un exclusivo modelo de altas prestaciones únicamente disponible para quien pueda pagar 350.000 dólares que cuesta cada ejemplar. Y esta cifra no está al alcance de los protagonistas de esta historia: Sterling Backus y su hijo Xander, de 12 años, quien durante largo tiempo se conformó con pilotear este espectacular deportivo en un videojuego de carreras.
Sin embargo, el simulador de conducción no era suficiente para este pequeño aficionado a la firma italiana. Y un día le pidió a su progenitor construir su propio coche a escala real. Poco dudó Sterling en aceptar el desafío. Pese al escepticismo del resto de la familia, padre e hijo iniciaron el proyecto en el garaje de casa, ubicada en Erie, Colorado (Estados Unidos).
De esto ya han pasado casi dos años. Y el coche ha ido tomando forma con la ayuda de una impresora 3D, aunque aún está por terminar. La prestigiosa marca de Sant’Agata Bolognese, conocedora de esta historia, decidió recompensar la fidelidad y el tesón de los Backus con una gran sorpresa.
La empresa acordó con el cabeza de familia un plan que iba a dejar boquiabierto a Xander. Unos días antes de las fechas navideñas, durante la madrugada, Lamborghini hizo el cambiazo y reemplazó la réplica que estaban construyendo por un ejemplar original. Cuando al día siguiente, padre e hijo levantaron la puerta del garaje, el niño se quedó sin palabras al encontrar un Aventador S negro de verdad esperándole.
Esto no significa que la marca les haya regalado el coche en cuestión. Como agradecimiento a la pasión que han demostrado por la marca, se lo han cedido durante un espacio de tiempo para que puedan disfrutar de la auténtica experiencia de conducción de Lamborghini. De hecho, la cara de Xander al montarse en el superdeportivo y oír el rugir del motor lo dice todo.
Y se entiende, el Aventador S monta un bloque atmosférico de 6,2 litros, que desarrolla 740 CV de potencia y 690 Nm de par. Con una velocidad punta de 350 km/h, el roadster puede desplazar la aguja del velocímetro de cero a cien en unos 3 segundos. El alerón móvil trasero varía su inclinación en hasta tres posiciones para mejorar la aerodinámica y reducir la resistencia.
Si estas credenciales quitan el hipo, todavía impresionan más las de la versión Aventador SVJ . Se trata de la variante más agresiva y radical de la gama. Propulsada por un motor V12 de 770 CV de potencia, puede alcanzar los 100 km/h desde parado en 2,8 segundos. En el 0 a 200 km/h necesita 8,6 segundos y en el 0 a 300 km/h, 24. Sin duda, son unas prestaciones espectaculares en las que ha contribuido una dotación tecnológica clave: nos referimos a la versión avanzada del sistema de aerodinámica activa ALA 2.0, que debutó en el Huracán Performance.
A pesar de que Lamborghini siempre se ha manifestado en contra de las falsificaciones, en el caso que aquí nos ocupa ha querido hacer una puntualización: se trata de una historia real que demuestra una auténtica pasión que merece ser reconocida, “por lo que hemos decidido contar el proyecto de Sterling y Xander en nuestro video de Navidad 2019”, ha explicado Katia Bassi, Directora de Marketing y Comunicación de la compañía.
Habrá qué ver qué repercusión tiene esta campaña. Será difícil que supere las cifras de la anterior. El vídeo de 2018, en el que los niños y niñas fueron protagonistas en la búsqueda de un “auténtico aficionado de Lamborghini”, registró más de 24 millones de visitas en las redes sociales de la marca.
fuente:La Vanguardia.