Así lo adelantaron los fiscales Federico Grimberg y Mariela Jiménez en la acusación que presentaron ante la Oficina de Gestión Judicial. El acusado tiene 40 años y sus iniciales son AJRP. Los ilícitos fueron consumados durante nueve años. “Los delitos que investigamos fueron cometidos en fechas indeterminadas durante nueve años en diferentes viviendas de la ciudad de Santa Fe y de las localidades de Cayastá y de Colonia Campo del Medio”,
Los fiscales Federico Grimberg y Mariela Jiménez adelantaron que solicitarán una pena de 23 años de prisión para un hombre de 40 años cuyas iniciales son AJRP, a quien se investiga como autor de delitos contra la integridad sexual cometidos durante nueve años en perjuicio de las dos hijas de su expareja. Así lo adelantaron los funcionarios del MPA en la acusación que presentaron ante la Oficina de Gestión Judicial (OGJ).
Grimberg y Jiménez le atribuyeron al acusado la autoría de los delitos de abuso sexual con acceso carnal de víctima menor de 13 años agravado (por ser guardador y aprovechar la situación de convivencia preexistente), en concurso ideal con promoción a la corrupción de menores agravada (por violencia y por ser encargado de la guarda).
Nueve años
“Los delitos que investigamos fueron cometidos en fechas indeterminadas durante nueve años en diferentes viviendas de la ciudad de Santa Fe y de las localidades de Cayastá y de Colonia Campo del Medio”, precisaron Grimberg y Jiménez. Y aclararon que “las víctimas eran menores de edad al momento de los abusos”.
Acerca del ilícito cometido en perjuicio de una de las hijas de su expareja, los fiscales explicaron que “fue perpetrado entre 2007 y 2014 de manera continua y sistemática. El acusado abusó sexualmente de la niña y lo hizo mediante golpes y amenazas de matar a miembros de su familia y de agredir a su hermana”.
Los funcionarios del MPA señalaron que “AJRP neutralizó la resistencia de la víctima y cometió su accionar delictivo aprovechando que convivía con la niña y que quedaba a su cuidado”.
Con respecto al delito en perjuicio de la otra hija de quien era su pareja, Grimberg y Jiménez especificaron que “se cometió entre 2005 y 2013, y el acusado también perpetró los ataques haciendo uso violencia física y de amenazas”. En tal sentido, añadieron que en ambos casos “la frecuencia, la duración y la modalidad de las agresiones adelantaron el libre y normal desarrollo de la sexualidad de las dos víctimas”.
Con respecto al monto de la pena, Grimberg y Jiménez concluyeron que “es proporcional a la violencia desplegada sobre las víctimas, quienes cargarán con el padecimiento a lo largo de toda su vida. Además, contempla la manipulación que el acusado ejerció en el ámbito doméstico y los peligros a los que sometió a las hijas de su expareja”.
Oficina de Prensa y Difusión MPA