Una hora de terror vivió una familia del barrio ubicado en el extremo norte de Santa Fe. Los delincuentes se llevaron todo y dejaron una bala con claro mensaje intimidatorio.
Ezequiel vive con su pareja y cuatro hijos en su casa ubicada en calle San Lorenzo y Los Nogales, en barrio Nueva Santa Fe, el último barrio que se creó en la ciudad. Allí vivió una violenta entradera que duró una hora en las que estuvo amordazado y maniatado mientras los delincuentes gritaban, amenazaban a su pareja y sus hijos y daban vuelta la casa para llevarse todo lo que encontraban.
La víctima relató en el móvil de Radio EME que “eran 7 de la mañana, iba a llevar a mi hija mas grande -de 13 años- a la escuela. Subimos a la camioneta junto a otro hijo mas chico y cuando me bajo para cerrar el portón, aparece mi hija diciendo ‘papá entraron’. En ese momento me doy vuelta y me apuntan con un arma, me meten adentro de mi casa” y allí comenzó la peor hora de sus vidas.
Pensando en su familia y queriendo evitar un mal irreparable, mientras estaba atado, Ezequiel pensó “que me mataban adelante de mis hijos”, entonces no se resistió y dijo: “llévense todo, no hay problema”.
Los delincuentes hicieron caso omiso. “Entraron, revolvieron todo, me ataron con una sábana de pies y manos“, relató. “Me taparon la cabeza con una colcha, amenazaron con con cortarme un dedo, querían plata y una escopeta. Además me pedían la llave de la moto que estaba en el garaje”. La pesadilla fue completa: “Hubo amenazas todo el tiempo, un nene estaba durmiendo y revisaron todo mientras él estaba ahí”.
En un claro estado de shock, el hombre dijo que tiene la casa entera dada vuelta. “Revisaron cada mochila y cada cajón“. Con los efectivos policiales dentro de su casa pudo constatar que se llevaron una Play Station, dinero en efectivo, una notebook que no funcionaba, celulares, y la moto que estaba en el garaje, una Corven Hunter color blanco 150 cc, “dejaron la camioneta porque se les paró en la zanja”, añadió.
Ezequiel describió que uno de los delincuentes “estaba medio alcoholizado” y que “ambos tenían gorra pero con cara descubierta”. Al irse, los delincuentes dejaron una bala en la puerta de la casa.