Inició con la lectura del documento “No fue un suicidio, fue un magnicidio”.
El sábado por la tarde, en la plaza Vaticano, se llevó a cabo un homenaje a Alberto Nisman, a cinco años del día en el que fue encontrado muerto.
La consigna fue convocada a través de las redes sociales y contó con la presencia de la madre del exfiscal, Sara Garfunkel.
Minutos después, y tras la entonación de las estrofas del Himno Nacional Argentino, se procedió a la lectura del documento “No fue un suicidio, fue un magnicidio”.
Una multitud se juntó en frente al Teatro Colón, y hubo varios gritos contra la exvicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, cuando los interlocutores la nombraban en la lectura del documento. Además, también se mencionó al actual presidente de Argentina, Alberto Fernández, y dijo que ambos “pactaron una candidatura a cambio de impunidad”.
“Queremos reafirmar nuestro compromiso con la verdad. El espíritu de este acto está totalmente desprovisto de toda bandera política”, comenzó una de las oradoras antes del minuto de silencio.
El 18 de enero de 2015 Alberto Nisman apareció muerto con un tiro en la cabeza en el baño de su departamento de las torres Le Parc, en Puerto Madero.
La comunidad judía, a través de la DAIA y la AMIA, ya había adelantado que no iba a concurrir al homenaje en la plaza Vaticano, porque considera que se trata de un acto organizado por la oposición.
En su lugar, la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) recordó a Nisman en el cementerio judío de La Tablada, frente a la tumba en la que descansan los restos del exfuncionario judicial.