Dos jóvenes de 19 y 21 años fueron ejecutados en Bielorrusia después de haber recibido la pena de muerte, acusados por el crimen de su profesora.
La justicia de aquel país halló culpables a Stanislaw Kostsew y su hermano Illya, por lo cual fueron asesinados de un disparo en la cabeza.
La víctima recibió 100 puñaladas por parte de estos dos jóvenes, y además incendiaron su casa. El tribunal los condenó a la pena de muerte.
En el juicio, ambos confesaron el asesinato de la docente, y también reconocieron que el cuchillo con el cual la mataron fue arrojado la río Sozh. Ante la corte, los hermanos pidieron clemencia.
Según sus propias declaraciones, actuaron “bajo los efectos del alcohol”, y en el juicio solicitaron que la pena no sea tan dura: “Quizás el vodka actuó así. Todavía no puedo explicar por qué la maté”, manifestó Illya.
Por otra parte, su hermano dijo que sólo había sido cómplice por el crimen, aunque no el autor material: “Queremos una oportunidad”.
Al parecer, el asesinato estuvo motivado porque la víctima había pedido a los servicios sociales que retirasen a su hermana la custodia de los dos condenados, que entonces eran menores de edad.
La madre de la víctima se opuso a cancelar la pena de muerte para los dos jóvenes de Bielorrusia, único país europeo en donde se mantiene vigente esta condena.