Tras la polémica con la turista a la que le dio un “correctivo”, el Papa Francisco bromeó con una monja que estaba entusiasmada por su presencia en el Vaticano. “Te doy un beso, pero no me muerdas”, le dijo a la religiosa.
Fue en el pasillo central del aula Pablo VI del Vaticano, donde se desarrolló la audiencia general. Mientras saludaba a los fieles se detuvo ante unas monjas. Al ver a una de ellas muy agitada y gritando “viva el Papa”, le dijo que sólo le daría un beso si “estaba tranquila y no lo mordía”.
La broma con la monja se produjo tras el escándalo del pasado 31 de diciembre, cuando le golpeó la mano a una mujer que lo agarró bruscamente de la mano y lo empujó hacia ella, por lo que el jefe de la Iglesia casi pierde el equilibrio. Fue mientras saludaba a los fieles en su visita a la plaza de San Pedro, tras oficiar la última misa del 2019.