Tenía 36 años y era de Río Cuarto. Recolectó del suelo la especie Amanita phalloides, también conocida como “hongo de la muerte” y consumió grandes cantidades.
Iván Tarasconi, de 36 años, murió en el Sanatorio Allende de Córdoba tras haber comido hongos silvestres que él mismo juntó del suelo en Santa Rosa de Calamuchita, donde estaba de vacaciones.
De acuerdo con los médicos que lo atendieron, el hombre comió gran cantidad de una especie llamada Amanita Phalloidesa, o también conocido como el “hongo de la muerte”, que se caracteriza por ser venenoso que le “produjo una insuficiencia hepática fulminante”.
Desde el hospital ratificaron que el consumo “es mortal en el 95% de los casos”. Por lo que buscan que lo sucedido se divulgue para advertir a otras personas no hacer lo mismo, no sin el control de un experto que identifique cuáles son comestibles y cuáles no.
La Amanita phalloides es la especie más tóxica de las que se pueden encontrar en Córdoba y se la suele confundir con otras que son comestibles como el champiñón. Crece desde diciembre hasta mayo, en coincidencia con la temporada de lluvias. El hongo tiene un color blanco crema, con algunas tonalidades amarillentas verdosas, anillo y una forma de saquito en la base del pie, llamado volva.
Las intoxicaciones con hongos son típicas en verano en las sierras de Córdoba. Los primeros síntomas son náuseas, diarrea y suelen aparecer a las cuatro o cinco horas después de ingerir.