La energía operada por la Empresa Provincial de la Energía (EPE) disminuyó 2,6 por ciento el año pasado, lo que representa una nueva postal de la recesión y la crisis que impactó en los bolsillos de los usuarios residenciales y también en la caída en la actividad comercial e industrial. El golpe se sintió tanto en el sector de gran demanda (representa la mitad de la energía que distribuye la empresa), como en el universo de la pequeña de demanda (representa el 40 por ciento de la energía que provee la EPE), donde se advierte el cuidado de los usuarios a la hora de usar aires acondicionados; en este segmento la baja fue del 11 por ciento.
Según datos provisorios de su sistema de medición comercial, la electricidad entregada durante el año pasado a sus clientes se redujo casi un 3 por ciento, si se la compara con la energía operada a lo largo de todo 2018. El sector de la gran demanda, comercio e industria arrojó un 0,85 negativo. Los usuarios directos del mercado eléctrico sostuvieron un 2 por ciento de alza, mientras que las cooperativas (unas 63 en total) bajaron la demanda en un 1,7 por ciento.
Recién el pasado miércoles 11 de diciembre se registró el pico de demanda de potencia del mes, con 2.182 megavatios, muy lejos del máximo histórico data de febrero último, con 2.446 megavatios.
A la hora de comparar las temperaturas en la provincia, el registro promedio de diciembre de 2019 fue de 23 grados, igual a la registrada en el mismo mes del año anterior y levemente inferior a la media histórica del mes (23,6 grados). Sin embargo, el consumo anual dio a la baja, síntoma claro de la recesión económica.
Por segmentos
Según los datos de la Gerencia Comercial de la EPE, se puede diferenciar la demanda de energía total del año 2019 respecto de 2018 por segmento de pequeños usuarios. Así, en el rango residencial se retrajo 11 por ciento; en el industrial disminuyó 8 por ciento y en el comercial también decreció 8,6 por ciento. Impacta en un universo del 40 por ciento de la energía entregada, pero se toma como un indicador claro de la retracción económica.
Por segundo año consecutivo, el dato sobresaliente es la caída de la cantidad de suministros identificados como comercios e industrias con grandes demandas: de 3.140 pasó a 3.108. Esto representa a grandes marcas o empresas que achicaron sus consumos o cerraron locales comerciales.
En el país
En toda la Argentina, los datos provisorios arrojan un descenso de la demanda neta de energía total del 3,1 por ciento acumulado en todo el año 2019.
Por último cabe señalar que se registró el cuarto mes de ascenso consecutivo en tramo final del año pasado, luego de ocho meses seguidos de descensos en la demanda. Cuando se repasan datos recientes también se corrobora que recesión y caida económica van de la mano de la caída en el consumo energético.
Pese al crecimiento vegetativo de la demanda; en los primeros seis meses de 2019 se entregaron 6.593.886 megavatios, cuando en 2010 fueron 6.455.293. Cifras casi idénticas.