La famosa conductora, que marcó a los niños en los años ’90, es muy activa en Instagram, donde acumula 10 millones de seguidores.
Cantante, actriz, modelo, empresaria, conductora de TV y reina de los bajitos. Apenas son algunos de los títulos de la famosa Xuxa, figura brasileña indiscutida por sus programas infantiles, canciones y hasta largometrajes. Ahora, a sus 56 años, suma dos nuevas “profesiones”: influencer vegana y militante social.
Como muchas argentinas que siguieron sus pasos, María da Graça Meneghel arrancó en un perfil totalmente sexual. Cuando era menor, posó para la revista Carihno y hasta llegó a desnudarse para Playboy en 1982.
Incluso, con apenas 17 años, debutó en el cine porno, en la película “Amor, estranho amor”. Su papel era el de Tamara, una prostituta que se encargaba de iniciar sexualmente a Hugo, un chico de 13 años. Semejante contenido fue “eliminado” de la faz de la Tierra: la blonda llegó a un acuerdo con la productora Cinearte para que no comercializara la película: le pagó, durante casi dos décadas, 45 mil dólares anuales. La pureza, se sabe, tiene un precio.
Pero paulatinamente Xuxa dejó su ascendente carrera como bomba sexual y modelo para encabezar un programa infantil en la Rede Globo. De 1986 a 1992, en un estudio en el que la acompañaban unos 200 chicos inquietos, que pogueaban entre asistentes disfrazados de tortugas ninja, la presentadora estuvo al frente de “Xou da Xuxa”, que tuvo hasta su versión en Argentina en los ’90 por Telefe y El Trece.
Al mismo tiempo, se lanzaron diversos productos con la marca de la presentadora, como muñecas, ropa y accesorios. También se lanzó un LP que vendió más de 2,5 millones de copias. Y en los años siguientes, Xuxa hizo otros discos, casi siempre basados en sus programas. Sus hits indiscutidos: “Chindolelé”, “Ilarié”, “Crocki-crocki” y varios más.
¿El resultado? Más de 500 millones de dólares en ganancias. Pero luego Xuxa decidió alejarse de su rol para la familia, más allá de algún que otro programa esporádico. En 2017 arrancó la conducción de “Dancing Brasil” por Record TV.
Al que más quiere es a Dudu. “No es un perro”, dijo, “es mi hijo”. Y dio más detalles de su vínculo con el can: “Dudu se baña y duerme conmigo en la misma almohada. No se junta con los otros perros. En mi cuarto tengo una parte sólo para él. Tiene sus juguetes y sus cosas. Viaja por el mundo conmigo y tiene su propio pasaporte en el que aparece sonriendo… Además, puede entrar conmigo a todos lados porque tiene los papeles de ‘dog emotional support’ (‘perro de soporte emocional’)”.