Tras 12 años de búsqueda, bajo un plan interinstitucional de seguimiento, reapareció en esta provincia un animal en vías de extinción, el felino más amenazado en el continente americano: el gato andino.
El sorpresivo avistaje se produjo en la Reserva Natural Villavicencio (RNV). Las tareas de vigilancia son llevadas a cabo por la Alianza Gato Andino, el sitio RAMSAR Villavicencio de la Fundación Villavicencio y la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial, a través de la Dirección de Recursos Naturales, las cuales consisten en estaciones para el registro de presencia, utilizando cámaras trampa dentro del área protegida.
De acuerdo con los estudiosos de la fauna silvestre, el gato andino ( Leopardus jacobita) es un felino solitario de tamaño pequeño, un poco más grande que un gato doméstico, que habita en ambientes áridos, desde el centro de Perú hasta Mendoza y Neuquén en Argentina. Asimismo, se mueve por sitios aislados, con afloramientos rocosos donde habita su presa principal, el chinchillón ( Lagidiumviscacia).
“Esta dependencia de los roquedales, que están naturalmente aislados en el paisaje, asociada al difícil acceso y al carácter huidizo natural de los pequeños felinos, han hecho que sea una especie muy poco conocida a nivel mundial y se considera amenazada de extinción en toda su distribución. Las principales amenazas para la conservación de este elusivo felino en la región son la cacería por parte de los pobladores, ya sea por represalia o provocada por perros sin control, y el desarrollo de actividades de industrias extractivas que no incluyen a la especie en sus estudios de impacto ambiental”, indicaron desde Ambiente.
Actualmente, el gato andino está considerado en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y es felino más amenazado del continente americano.
Vale recordar que en septiembre del 2008 se produjo un avistamiento dentro de la misma reserva, el cual fue luego confirmado por imágenes de cámaras trampa. Sin embargo, fue imposible conocer si correspondía a un animal residente o a un dispersante, ya que nunca se volvió a registrar su presencia en la reserva. Luego, en el 2012, la Alianza Gato Andino (AGA) publicó estudios referentes a la diversidad genética de la especie a escala global.
Por tal motivo, los resultados de los estudios colocaron a la RNV como un lugar de “importancia especial”, ya que se encuentra en “zona de transición” entre la Unidad Evolutiva Significativa del norte de Argentina y la que se encuentra ubicada hacia el sur. “Esta información alienta a que los esfuerzos de conservación de estas poblaciones son considerablemente importantes para la perpetuidad de la especie”, explicaron las autoridades.
De esta manera, con el fin de lograr la confirmación de la presencia de gato andino en la reserva y poder recolectar muestras para ser sometidas a análisis genéticos, comenzó un trabajo colaborativo entre todos los actores interesados. En julio del año 2019 se colocaron cámaras-trampa en diversas zonas de la reserva priorizando áreas donde hubiera mayores probabilidades de obtener registros de presencia de la especie.