El gobernador puso fin a un programa de fomento de transporte aeronáutico que disponía incentivos para los vuelos de cabotaje e internacionales, los últimos pagaderos en dólares, que hicieran pie en el territorio provincial. La iniciativa buscaba “generar una mayor oferta de servicios aerocomerciales en la provincia” y, según señalan operadores del rubro, había favorecido los arribos de las aerolíneas low cost como Flybondi, Flyest, Avianca y Jetsmart a los aeropuertos de Rosario y Santa Fe.
El gobernador dejó sin efecto el benefició que les había otorgado su antecesor, Miguel Lifschitz, “Es un despropósito que con fondos públicos se fomenten viajes fuera del país”, fue la justificación de la medida.
El decreto, que lleva las firmas de Perotti y de la ministra de Infraestructura, Silvina Frana, deja sin efecto el programa creado por un decreto del ex gobernador Miguel Lifschitz firmado el pasado 4 de noviembre, poco más de un mes antes de dejar su cargo.
La iniciativa tenía como objetivo “fomentar el servicio público de transporte aerocomercial de cargas y pasajeros”, generando una mayor oferta de servicios aerocomerciales en la provincia a través del subsidio a las compañías que exploren nuevos destinos, sumen vuelos o frecuencias, amplíen la capacidad de sus aeronaves o garanticen tarifas inferiores a las vigentes en el mercado.
Para operadores del rubro turístico, la política de incentivos planteada por la administración socialista favoreció el arribo de nuevas aerolíneas a los aeropuertos santafesinos, entre otras las low cost con destinos dentro y fuera del país. Y, sobre todo, logró mantener el movimiento de las aeroestaciones después de la devaluación de mediados del 2018, que se tradujo en una fuerte caída en el flujo de pasajeros.
Desde otra vereda, se advierte como “un despropósito” que con fondos provinciales se financie el transporte aéreo, incluso compañías que vuelen a destinos del exterior del país. Según se señala, más allá de que se comparta el objetivo de mejorar la conectividad aérea entre distintos puntos de la provincia y con el resto del país, “no pueden tener el mismo tratamiento preferencial y subvencionado los destinos internacionales”.
Una medida polémica
Lo cierto es que la norma no pasó el tamiz de la administración Perotti. La medida, como sucedió con otras decisiones tomadas en las postrimerías del mandato de Lifschitz, fue derogada considerando que “entraña mayores compromisos financieros para la provincia”, según advierte el decreto Nº 257 que deroga el programa de fomento de transporte aeronáutico.
La norma, fechada dos días después de Navidad, destaca que el plan contempla incentivos monetarios a las aerolíneas por parte del Estado provincial. Los subsidios se abonaban por pasajero embarcado —tanto en aquellos vuelos que persiguieran nuevos destinos, como trayectos ya existentes— y eran “pagaderos en dólares estadounidenses para los destinos internacionales y en pesos argentinos para los destinos de cabotaje”.
Además, señala, se proponían incentivos no precisados por la habilitación de nuevas frecuencias, por el incremento en la capacidad de las aeronaves y el sostenimiento de los cuadros tarifarios o la oferta de tarifas inferiores a las vigentes en el mercado. “Mientras que contemplan también como incentivos contratos de operación garantizada, de compra anticipada y de balance a mes cerrado; por los cuáles si la demanda espontánea no cubre el punto de equilibrio, la provincia compra los tickets faltantes. Así como también propone una sustancial reducción de las tasas aeroportuarias aplicables a los vuelos internacionales”.
Finalmente, el decreto que deroga el programa de incentivos destaca que la medida se sancionó “a sólo 37 días” de finalizar al mandato de Lifschitz, definiendo “una política de subsidios a una particular modalidad de transporte, cuyas consecuencias se proyectan no a la gestión de gobierno que dispuso los incentivos, sino a la que la sucedería en la conducción de la provincia”.