VIDEO. Miles de rafaelinos salieron a la calle por más de dos horas pidiendo justicia por Gonzalo Glaría, que perdió la vida al perseguir a dos motochorros, y reclamando seguridad en la ciudad. Se produjeron algunos disturbios en la Fiscalía y en el Palacio Municipal.
Una multitud contabilizada en miles, se hizo presente frente al Palacio Municipal este jueves a las 20 horas para acompañar la movilización convocada por la familia y amigos de Gonzalo Glaría, el joven que murió luego de perseguir a motochorros. El padre de Gonzalo, Gustavo, fue quien habló con la prensa y contó cómo era su hijo. Pidiendo justicia por él, pero también haciendo referencia a las situaciones de inseguridad que se viven en Rafaela.
Luego empezó la movilización, encabezada por el propio Gustavo y la famlia cercana de Gonzalo. Tras recorrer las calle internas de la Plaza 25 de mayo, la masa de gente siguió caminando por Bv. Santa Fe hasta la Jefatura. Nunca cesaron los aplausos, a los que se sumaron los bocinazos de automovilistas y motociclistas que pasaban por el lugar. Una vez en la sede policial, los ánimos se exaltaron más, y comenzó la quema de cubiertas sobre Av. Santa Fe. Entonces aparecieron los reproches y los cantos contra la policía. En la puerta de la Jefatura, la cúpula policial esperaba para hablar con Gustavo Glaría, quien aceptó pasar al hall con sus familiares más cercanos y conversar con los uniformados.
Afuera, el clima se caldeba más, los gritos seguían y un grupo de manifestantes propuso ir hasta la Fiscalía Reginal ubicada en calle Necochea al 400. Hacia allí fueron, o por lo menos un grupo numeroso, mientras que otro decidió volver por Bv. Santa Fe a la Plaza 25 de mayo. Quienes llegaron a la Fiscalía, luego de recorrer Constitución y Necochea, comenzaron con la quema de cubiertas en la calle, volviéndose más candente el ánimo. Los gritos eran para que fueran recibidos, pero en la dependencia solamente había un policía de guardia. Los refuerzos no tardaron en llegar, y los reclamos fueron subiendo de tono. Hasta que en un momento algunos jóvenes se abalanzaron contra la entrada y rompieron con patadas los vidrios del frente. Otro manifestante con los brazos extendidos logró detener lo que hubiese sido una locura: cientos de personas adentro de un edificio judicial. Nunca cesaron los aplausos y los pedidos de justicia, como así tampoco las recriminaciones a políticos, policías, fiscales, entre otros.
Desde Necochea, un grupo de manifestantes se desprendió y trasladó su protesta a la casa del Gobernador Perotti, donde se encontraba una custodia policial, en tanto el resto de las personas, volvió al lugar en que se inició la marcha: el municipio. Allí empezó a armarse en la escalinata del Palacio Muncipal una especie de altar, con un cartel que pedía justicia por Gonzalo Glaría y con velas prendidas a los costados. Allí volaron algunos piedrazos que produjeron roturas en las puertas del Municipio.
El aplauso nunca cesó, los cantos tampoco. Menos el pedido. Hasta hubo tiempo para rezar un Padre Nuestro y un Ave María. El fuego mientras tanto, hacía crujir las cubiertas y el humo negro se elevaba por el viento.
Cuando todo se había calmado y ya casi no quedaban manifestantes, la columna que había ido a la casa de Perotti irrumpió en la Plaza 25 de mayo. Nuevamente se hizo presente el aplauso al unísono, que se mezclaba con los cánticos pidiendo justicia o reclamando seguridad. Al edificio municipal llegó un grupo de policías que formó un cordón humano frente al mismo, lo que no evitó que siguieran los piedrazos, aunque ninguno causó más daños de los que ya estaban hechos por los manifestantes que se habían retirado momentos antes. Un cartel con la cara de Gonzalo Glaría se colocó frente al municipio y la gente siguió dejando velas encendidas en la escalinata. Entonces aparecieron las pintadas en la calle, algo similar había ocurrido en la Fiscalía, y en el frente del Palacio Municipal.
A todo esto, ya se habían superado largamente las dos horas de manifestación. Los Bomberos Zapadores esperaban a un costado para apagar el fuego de las cubiertas, la policía custodiaba el edificio municipal, dos camionetas de gendarmería se encontraban apostadas de refuerzo a los costados, y un vehículo de la policía y otro de Protección Vial cortaban el tránsito sobre calle San Martín.
La movilización pasó por varios estados: tristeza, dolor, angustia, bronca, enojo; e incluso pareció en un momento no tener un rumbo fijo. El clima se vio enrarecido, tenso por momentos. Y si bien se esperaba mucha gente, nadie previó la multitud que acompañó el suceso, marcando un hecho histórico para la ciudad.
Los últimos manifestantes que quedaban pasadas las diez de la noche, subieron a un poste ubicado frente a la Plaza 25 de mayo y pegaron un cartel pidiendo justicia por Gonzalo Glaría, en el lugar donde aparecen los nombres de las ciudades hermanas de Rafaela.
Ahí terminó todo, los pocos que quedaron se disiparon y entonces entraron en acción los bomberos para apagar el fuego de las cubiertas, y personal municipal para levantar los restos de neumáticos hechos cenizas que quedaron esparcidos sobre calle Moreno y que tiñeron de negro la calzada. Para tratar de que la ciudad recobre su paisaje habitual. Aunque luego de lo que sucedió este jueves 3 de enero del 2020, la “normalidad” ya tiene un mojón en la historia que indicará que ese día los rafaelinos colmaron las calles pidiendo justicia y seguridad, con una marcha histórica, multitudinaria e interminable.