El jefe de la Policía de Santa Fe, Víctor Sarnaglia, admitió que en Rosario, la mitad de los patrulleros no circulan por las calles sino que están apostado en puntos fijos, destinados por el poder judicial a tareas de custodia. Se trata de uno de los tantos aspectos que hay que corregir y que son prioridad para el comisario retirado, entre ellos, la capacitación de los agentes y el mejoramiento de sus salarios.
El especialista en investigación criminal reiteró que la separación de la fuerza será el destino para los policías con un “mínimo de sospecha” de corrupción. En medio de la posible reactivación de la ley de emergencia en seguridad en la Cámara de Diputados –sufrió un revés de parte del Frente Progresista Cívico y Social en diciembre pasado– Sarnaglia la caliificó de “imprescindible” instrumento de ejecución para el ministro de Seguridad Marcelo Sain. En este sentido, apuntó a la escasez de personal –hay unos 21 agentes en toda la provincia– y a las dificultades para su capacitación. “¿Cómo le puedo exigir a un policía que se capacite cuando tiene 12 horas libres después de trabajar? ¿Cómo hace para estar con su familia, dormir, comer y hacer el resto de sus actividades?”, planteó.
Para el funcionario policial, la capacitación no sólo de reforzarse en su etapa de preparación sino que tiene que extenderse a los efectivos en funciones. Por otra lado, cuestionó la falta de uniformados suficientes, teniendo en cuenta que la cantidad de policías que dejaron la fuerza no es proporcional a la que egresa del Instituto de Seguridad Pública Provincia de Santa Fe (Isep).
“La situación es preocupante”, respondió cuando se le consultó sobre su mirada acerca de la Policía santafesina en la actualidad. En ese contexto, tras ser cuestionado en relación a los móviles disponibles, manifestó: “La mitad de los vehículos asignados en Rosario están destinados a puntos de custodia”, reveló sobre unos 50 vehículos que en vez de recorrer las calles rosarinas se quedan estáticos, por orden del Ministerio Público de la Acusación (MPA). “Hay que repensar esta situación porque la Policía no puede entrar en una desobediencia judicial, esto está ordenado por un fiscal”, remarcó.
“¿Qué motivaciones le damos a un policía honesto que son miles y miles?”, cuestionó y apuntó: “Se van mil y tienen que entrar mil pero eso lleva tres años como mínimo, los policías que capacitemos hoy van a verse en tres años”.
Sarnaglia admitió que el escenario de violencia instalado en la ciudad era “predecible”. “Sain lo sabía, lo habíamos hablado antes de asumir”, reveló y explicó al respecto: “Al cortarse la connivencia con el co gobierno policial, sucede esto. No se trataba sólo de un acuerdo económico sino de frenar el conflicto. Había cierto factor de orden que ponían los policías con las bancas narcos. Hay pasado a la ofensiva, nos están diciendo que si no acordamos nos van a poner a prueba con la prensa, lo hacen para que arreglemos pero no quiere entender que no hay arreglo posible”, expresó.