A los 17 años, Jennifer se enteró de una noticia que la dejó devastada: le dijeron que era infértil y que no podría tener hijos de manera natural.
Sin embargo, hoy a sus 33 años, la vida de esta mujer cambió para siempre y hoy se transformó en la madre de Benjamin Thomas Gobrecht.
Ella sufre del síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser (MRKH) o agenesia vaginal, trastorno poco frecuente que afecta al aparato reproductivo femenino, haciendo que la vagina no se desarrolle por completo.
Fue entonces que se produjo el “milagro”, gracias al trasplante de útero de una donante muerta, técnica que se utiliza por segunda vez en los Estados Unidos, más precisamente en Filadelfia.
“Hicimos todo lo posible para poder vivir esa experiencia de convertirnos en padres de la manera en que suelen hacerlo la mayoría de las personas a nuestro alrededor”, indicó la mujer.
Y agregó en su posteo de Facebook: “La verdad es que somos más que afortunados por tener a Ben. No tengo palabras para agradecer a todos mis amigos, familiares, colegas, excompañeros de clase y otras luchadoras de MRKH por compartir y felicitarnos por nuestro milagro“.
La técnica del trasplante de útero se probó por primera vez en Brasil en 2017, y Jennifer fue una de las mujeres que la utilizó en los últimos años. Desde el centro de salud aseguraron que el caso de Jennifer “desafió las expectativas y la imaginación”.