Los juegos de los noventa volvieron a estar de moda. Tamagotchi regresa con las mejoras tecnológicas de esta década sin perder su esencia.
Tamagotchi era el video juego portátil de moda en la década de los 90. Tenerlo implicaba una responsabilidad y no tenerlo era sinónimo de quedarse afuera.
Por eso, la posibilidad de tener la nueva versión del juguete implica la posibilidad de recordar la felicidad en tiempos de primaria o saldar la cuenta pendiente. ¡Pero cuidado! Está pensado para niños y niñas, no para adultos de 25 a 40 años…
El Tamagotchi lanzado en 1996 era un aparato de plástico en forma de huevo con una mascota virtual a la que había que mantener “viva”, dar cariño y otros cuidados.
El revival de los jueguetes de los 90
Cada vez es más fácil encontrar juguetes de los 90 ofrecido en sitios de ventas en internet. Los juguetes como Tortugas Ninja, los Power Rangers o Polly Pocket son muy buscados. Así también como todos lo del mundo Disney:”La bella y la bestia”, “Aladín” y “El rey león”.
Sin dudas, esto se debe a que existe un mercado. Los millenials crecieron y se los compran a sus hijos o los rescatan para exhibirlos.
También existen nuevas versiones de esos productos, como Tamagotchi on, ya que las marcas aprovechan para conseguir una ganancia de esa nostalgia.
Según una encuesta de la consultora Mintel, el 57% de las personas que compran juguetes en Reino Unido dijeron que les gusta comprar a sus hijos juguetes con los que ellos jugaban cuando eran niños.
Recuerdos y marketing
Por su parte, Benoit Wiesser, director de Estrategia para Asia de Ogilvy, asegura que los recuerdos de los años en la escuela, los juguetes y los juegos están codificados en nuestro cerebro como una tienda de sentimientos felices, que están idealizados.
De acuerdo con esta teoría, jugar con un Nintendo Gameboy o el muñeco de un Transformer, desencadena estas asociaciones afectuosas que generan sensaciones de bienestar.
A pesar de esto, Wiesser segura que las empresas deben reinventarse lanzando productos frescos, porque comercializar unicamente éxitos del pasado no basta.
Fuente: BBC