No pudo defenderse, ni siquiera tuvo oportunidad. Fernando Báez Sosa quedó inerme ante el ataque desenfrenado del grupo de rugbiers, pero ante los primeros golpes tuvo reflejos para hacer un movimiento que puede complicar incluso al único de los agresores que no fue señalado en las ruedas de reconocimiento: intentó protegerse juntando los antebrazos, poniendo las manos ante su cara, atajar los golpes.
Así lo describen testigos, sus amigos y los que aparecieron después en diversos ángulos de la escena del crimen, y así lo entienden quienes investigan: debajo de las uñas de Fernando se extrajeron restos de piel, muestras que serían aptas para cotejar con los ADN de los atacantes.
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Alejo Milanesi, de 20 años, fue el único de los imputados por el “homicidio agravado en concurso premeditado de dos o más personas”, que no fue señalado en ninguna de las ruedas de reconocimiento. Pero los abogados de la querella revelaron hoy que, aún así, su situación puede ser complicada: tiene la marca de un rasguño en el dorsal de la mano derecha.
“Es cierto, no fue reconocido. Pero hay otras cosas a las que todavía no se les prestó atención en profundidad, porque esta persona -por Milanesi- poseé lesiones en la parte dorsal de su mano, creo yo compatibles con un acto de defensa”, dijo Fernando Burlando, abogado que representa a los papás de Fernando.
Aunque entiende que aún falta sumar los resultados de diversas pericias a la causa, que en dos semanas acumuló ocho cuerpos, Burlando entiende que la lesión “es indicativa de que estuvo en el lugar, lo hace tan responsable como a los demás”.
El muchacho, que jugaba al rugby junto a Blas Cinalli y a los hermanos Ciro y Luciano Pertossi en el club Naútico Arsenal de Zárate, para la fiscal Verónica Zamboni es partícipe necesario del homicidio del joven estudiante, y le corresponde la misma pena que al resto, perpetua.
La querella insiste en el convencimiento de que los rugbiers actuaron “actuaron en manada” y que Milanesi “está dentro el círculo”. Entiende que la marca en la mano se la puede haber dejado Fernando o alguno de sus amigos.
Los informes de los análisis químicos sobre las muestras de sangre obtenidas de las prendas que vestían algunos de los imputados serán enviados a un laboratorio pericial en Junín. Se confirmó que las manchas son de sangre humana y que las muestras son aptas para avanzar con peritajes genéticos.
Las muestras de ADN de los rugbiers se envían a Junín en tarjetas FTA, que las protegen de la degradación y eliminan la capacidad infecciosa del proceso, cuyo resultado será fundamental para la causa.