Pasan los días y siguen apareciendo pruebas en contra de los diez rugbiers acusados y detenidos por el crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell.
La fiscal del caso, Verónica Zamboni, contará con al menos 50 pruebas que sustentarán la acusación contra los jóvenes que se encuentran en la prisión de Dolores.
La más contundente de todas ellas es la presencia de sangre debajo de las uñas de la víctima, que se comparará con el ADN de los imputados, quienes ya habían dejado sus muestras el pasado 21 de enero. Se evaluarán en un laboratorio de Junín.
Hay también otras diez grabaciones de cámaras de seguridad en donde se puede ver al menos a ocho de los diez imputados pasando por la calle 3 y Buenos Aires a las 4.44 de la mañana, y otra que registra cómo los rugbiers se abrazaban tras el asesinato.
Fuentes aseveraron que el ataque a Fernando fue entre las 4.41 y las 5 de la mañana, y uno de los testigos manifestó: “Yo pude ver que lo iban a buscar a Fernando, la bronca era con él. Yo estaba a 15 metros. Pude ver cómo le pegaban patadas en la panza y la cabeza. Todo fue piñas y patadas”.
El principal apuntado por los testigos en las ruedas de reconocimiento fue Máximo Thomsen, y Tomás Enzo Comelli fue identificado por cuatro testigos como otro de los golpeadores. Lucas Pertossi habría sido el tercer agresor, además también de haber grabado la golpiza fatal.
Dos de los diez acusados, Alejo Milanesi y Juan Pedro Guarino, no fueron señalados en las ruedas de reconocimiento, ni aparecen en las cámaras de seguridad, aunque presentaban arañazos y lesiones.