El flamante director provincial de la Unidad Especial de Gestión Ferroviaria de la provincia, Fernando Rosúa, afirmó que una de las prioridades de su gestión “será restablecer el servicio de pasajeros entre Rosario y Cañada de Gómez”, un viejo anhelo de los pobladores de las ciudades y comunas del sur de Santa Fe.
Se trata de un corredor que conecta, en forma casi paralela a la vieja nacional ruta 9, a localidades como Funes, Roldán, San Jerónimo Norte, Correa y Carcarañá. Ese tramo presenta un intenso tránsito de vehículo y la vuelta de un tren de pasajeros brindará incluso más seguridad vial, ya que tanto la ruta 9 como la Autopista a Córdoba podrían descongestionarse.
El funcionario describió en Rosario los obvios beneficios que traerá resucitar ese ramal. “En la década del 70 se podía viajar de Rosario a Funes en quince minutos. La reactivación de este ramal descongestionaría todo el tránsito automotor en la zona. La gente puede planificar mejor su vida con un transporte más barato, accesible y con mejores condiciones de seguridad”, precisió Rosúa.
Consultado sobre el estado de las vías y si es necesaria una inversión importante para repararlas, Rosúa señaló que ese tramo “la traza existe, pero no está en condiciones de llevar adelante un servicio de pasajeros”. A su criterio, reactivar la ferroviaria demandará llevar adelante una obra de reparación de la traza ferroviaria.
En ese sentido, admitió que “se requieren inversiones importantes”, y detalló: “En el 2015 el gobierno nacional llamó a licitación para renovar esas vías y lamentablemente la administración de Mauricio Macri volteó esa obra que abarcaba el tramo Rosario-Tortuga”.
“Ahora, lo importante es reactivar esa licitación para que se haga la inversión necesaria y volver a tener vías en condiciones y brindar un servicio de transporte de pasajeros de calidad”, remarcó Rosúa.
El funcionario propuso que la Estación Rosario Norte “debe ser la cabecera y debe haber paradas intermedias como el Cruce Alberdi, Teniente Agneta, en Provincias Unidas y en la Estación Antártida Argentina de Fisherton. Son paradas intermedias que beneficiarían al transporte local”.
“Lo ideal es tener apoyo nacional porque las inversiones son muy grandes, tanto en infraestructuras como en la mudanza de las familias que viven al costado de las vías, que son alrededor de 500”, concluyó.