El presidente evitó diplomáticamente hablar de legalización, pero feministas consultadas por Clarín ya festejan la iniciativa. “Confiamos en que el proyecto no será algo light”, afirman.
Ante los alumnos del Instituto de Estudios Políticos de París, Alberto Fernández volvió a hablar del aborto. Dijo que va a mandar al Congreso un proyecto que “termine con la penalización del aborto”. Y luego agregó que esa práctica se permita “en cualquier centro público”. El presidente evitó diplomáticamente hablar de legalización, pero sus palabras no dejaron dudas. Desde la Campaña Nacional por el Aborto Legal Seguro y Gratuito aplaudieron su discurso.
“En la Argentina el aborto es un delito… El problema es que en Argentina todo aborto es clandestino… Hay quien siente que legalizar el aborto lo vuelve obligatorio. No es obligatorio. Es un tema que debemos resolver desde el mundo de la salud pública. Lo que sí es, es un tema que debemos resolver. Lo que no podemos es poner en riesgo la salud…”, explicó el presidente.
Cada una de sus palabras reforzó la idea de su apoyo no sólo a la despenalización del aborto sino a su legalización. No es lo mismo. Despenalizar significa que ya no sea un delito en el Código Penal. Aún hoy en Argentina hay mujeres procesadas por acudir a estas prácticas, consideradas clandestinas. De hecho hubo casos de mujeres que hasta estuvieron presas por ser sospechosas de haber abortado.
Legalizar es ir más allá: es permitir que cualquier mujer pueda acceder a cualquier centro de salud y requerir en forma gratuita y segura esta práctica. Y eso es lo que dijo Alberto Fernández una vez más: “No vivo en paz con mi conciencia sabiendo que una mujer tal vez necesita practicarse un aborto, no tiene las condiciones económicas para pagarlo y termina en manos de un curandero que con una aguja la termina lastimando y a veces matando”.
Y agregó: “Por eso voy a mandar una ley que termine con la penalización del aborto y permita la atención en cualquier centro público”. El presidente recibió un fuerte aplauso por sus palabras. En Francia, como en casi todos los países del Mundo Desarrollado, el aborto es legal desde hace décadas. En Francia, puntualmente, desde 1974.
Cuando se discutió en Argentina el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), en 2018, muchos funcionarios del gobierno anterior se mostraron partidarios de la despenalización pero no de la legalización.
El nuevo gabinete es casi todo “verde”. La gran mayoría de las y los funcionarios de el gobierno actual se mostró partidaria de la legalización del aborto. Y desde los ministerios de Salud, Desarrollo Social y de Género se está terminando de delinear el proyecto de legalización. Lo anunciará el presidente en la apertura de las sesiones legislativas, a comienzos de marzo.
“El presidente sabe que si no se legaliza, si no se llega a las mujeres más vulnerables no tiene sentido. Está convencido de la despenalización y la legalización. Son sus convicciones, es un defensor de que las mujeres puedan decidir. Por eso confío en que el proyecto que mandarán al Congreso sea para despenalizar y garantizar el acceso”, dice a Clarín Marta Alanis, una de las referentes históricas de la Campaña Nacional por el Aborto Legal Seguro y Gratuito.
La Campaña, formada en 2005, ha presentado su proyecto ocho veces. En la séptima -en marzo de 2018- logró que pasar de la mesa de entradas. Se trató pero el final ya lo conocemos: Diputados lo aporobó, el Senado lo rechazó. En 2019 volvió a presentarlo y aún tiene estado parlamentario.
“El presidente insiste en que es un tema de salud pública y de justicia social. Está convencido de que es un derecho para todas las mujeres. Por eso él sabe que si sólo despenaliza no cambia nada, porque las mujeres que tengan dinero van a poder seguir realizándose la práctica, pero las otras no. Por eso él sabe que debe ser garantizado por el Estado y las obras sociales”, asegura Alanis, que también forma parte del colectivo Católicas por el Derecho a Decidir.
“Nosotras creemos en nuestro proyecto, en nuestras palabras, y queremos que vuelva a tratarse y a ser tenido en cuenta. Pero confiamos en su proyecto, sabemos que no será algo light, que no va a acordar esto con el Papa. El presidente tuvo la sensibilidad y la valentía de plantear en el Vaticano la despenalización y la legalización del aborto. Y lo va a garantizar. Lo ha dicho en su compaña, lo ha ratificado después de ser elegido presidente. No sabemos si va a ser a un proyecto exactamente a nuestra medida, pero confío en será un buen proyecto”, sigue Alanis.
Y concluye: “Ese proyecto, que seguramente tendrá más poder que el de la Campaña, igual debe ser aprobado por los diputados y los senadores. Y nosotras pondremos nuestra energía para que también se tomen ideas de nuestro proyecto, para que se pongan todos los proyectos arriba de la mesa y se tomen las mejores ideas y se llegue a un consenso. En lo personal, estoy con muy serias expectativas de que va a ser un buen proyecto de despenalización y legalización. Es la primera vez que se nos da una coyuntura tan particular”.
Mabel Bianco, médica, presidenta de la Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer, elegida el año pasado como una de las “100 Mujeres de la BBC”, opina igual: “Me parece muy bueno que el presidente hable de esto, y que no acepte esta injusticia que sufren muchas mujeres que es la privación de sus derechos y la desigualdad”.
“Por otra parte -sigue Bianco-, cuando el proyecto entre al Congreso nos encargaremos de que quede bien en claro que esto no obliga a nadie a abortar pero sí le permite a las mujeres que así lo pidan poder acceder a esta práctica”.