Un informe realizado por Hernán Lazcano uno de los autores del libro “LO MONOS” indica que por cada homicidio cometido con armas de fuego el año pasado en la ciudad de Rosario se contabilizaron cinco personas heridas de bala. El guarismo surge de comparar los asesinatos producidos mediante disparos, que fueron siete de cada diez, con los hechos reportados por efectores de salud sobre pacientes ingresados con balas. En la ciudad de Santa Fe las cifras de heridos escalan todavía más: por cada homicidio de 2019 en la capital provincial hubo ocho baleados.
Por debajo de este dato más ceñido al último año, los registros de los últimos seis años dejan en claro que la cifra de baleados en Rosario tuvo un descenso notorio. De los 1.034 casos de heridos por arma de fuego confirmados en 2014 el número declinó a 575 el año pasado, que resulta el más bajo desde entonces. La tasa marcó 105,2 heridos de bala cada 100 mil habitantes en 2014 en la ciudad. En tanto que en 2019 la tasa fue 57,9 baleados por cada 100 mil habitantes.
Esta constatación es importante porque expone los diferentes acercamientos que pueden hacerse sobre la evolución de la violencia altamente lesiva, ítem que en Rosario marcó agenda política y de prensa en los últimos años. Una seguidilla de delitos contra la vida, como la de la primera quincena de enero pasado, prescribe una forma de observar los hechos, con sus lógicas afectaciones emocionales, por la concentración de eventos graves. Pero junto a esa forma se superpone otra si se examinan los indicadores en plazos más prolongados. Esto último evidencia que la cifras de heridos de arma de fuego desde 2014 a la fecha en la ciudad de Rosario se redujo en casi un 45 por ciento. En una ciudad con una problemática circulación de armas en manos civiles.
Los cómputos de heridos de años recientes habían escalado a niveles muy altos. En varios meses de 2014 se superaron los cien baleados, con la marca tope de 138 casos en enero de ese año. Luego de enero de 2016 nunca se traspasó la línea del centenar de casos. El año pasado terminó con un promedio mensual fue de 47 heridos.
Para determinar la dimensión más apropiada que adopta la violencia en un territorio a intervenir o a estudiar, los homicidios dolosos deben ser puestos en correlación con el número de personas heridas en casos no letales, es decir, cuando no hay pérdida de vidas. En relación a los casos donde se usó arma de fuego, la tasa de letalidad el año pasado en Rosario —que mide cantidad de muertes en relación a los heridos— fue del 16 por ciento.
El año pasado en Rosario hubo, como se indicó, 575 baleados contra 140 homicidios, de los cuales 104 fueron consumados con arma de fuego.