M. tiene 16 años y en menos de 24 horas fue arrestado dos veces por la policía. Primero, baleó a un oficial, y después intentó asaltar a un repartidor panadero. Más tarde lo encontraron a bordo de una moto robada. Ahora se encuentra en su casa. Gladys trabaja en la iglesia del Buen Samaritano y lo conoce de chiquito. “Desde la panza de la mamá”, precisó. Una infancia plagada de necesidades que desembocó en una adolescencia de adicción a las drogas.
Gladys aseguró que M. es una víctima de su realidad, y su historia no es la única. Sin embargo, defendió su buen corazón. “Ningún bebé nace malo”, llamó la atención.
Contó que M. viene de una familia trabajadora, su papá se la rebusca con changas y cirujeando; y comen en el comedor de El Buen Samaritano.
Hasta los 12 años, contó Gladys, M. siempre acompañaba a su papá en sus trabajos, pero a partir de esa edad, se alejó de la iglesia y “cayó en el vicio de las drogas”.
“Creo que puede salir, muchos han salido y están trabajando”, confió.
Cómo ayudar a El Buen Samaritano
En la iglesia de Juan B. Justo y García del Cossia, dan talleres de albañilería tradicional pero necesitan material y máquinas nuevas. Más precisamente, necesitan una máquina hormigonera, una amasadora y cucharas de albañil.
Para ayudar podés comunicarte al (0341) 2568 250 o escribir un mail a [email protected].