La joven mamá, Ayelén Liliana Aquino, no encuentra justificación acerca de lo que pasó con el nacimiento de su hijo tras ser atendida en el SAMCo de la ciudad de Avellaneda, en el departamento General Obligado.
Durante el tiempo de embarazo de la joven recibió atenciones en el hospital SAMCo de dicha ciudad hasta su internación en el hospital Regional Reconquista.
A las 31 semanas de gestación (28 de octubre 2019), se le efectuó una ecografía que no mostraba anomalías en el feto, la misma tiene la firma del médico que la atendía.
El 25 de diciembre de 2019, Ayelén es internada en el Hospital de Reconquista, donde verificaron rotura de bolsa placentaria y comenzaron trabajo de parto.
Ante falla cardíaca del bebé se decidió efectuar una cesárea y se le informó a la abuela materna que “el bebé nació muerto” con una malformación porque tenía dos cabezas.
Sin embargo, en contraste con esto, en la ficha hospitalaria se indica que “la paciente ingresó el 25 de diciembre 2019 y egresó el 27 de diciembre de 2019” y, entre otros datos significativos, que el niño “pesó al nacer: 4,550 kg. Nacido vivo”.
El 3 de enero de 2020 la paciente reingresó al nosocomio debido a una infección y coágulo de sangre en la zona de cesárea.
Tanto Ayelén Aquino como sus padres no encuentran explicación a lo sucedido ante un caso inédito ocurrido hace pocas semanas y que los mantuvo en estado de shock por un tiempo prolongado. La criatura recibió sepultura como NN en el cementerio de la ciudad de Avellaneda.