Sucedió en Settecani, una aldea próxima a Módena, en Italia. Cuando quisieron abrir las canillas, en vez de agua se encontraron con un líquido violeta y se sorprendieron mucho al darse cuenta de que ese líquido era nada más y nada menos que vino tinto.
En ese mismo momento dieron alerta a las autoridades y la aclaración fue más burda que el hecho: por un error en el suministro público, en vez de agua enviaron vino por las cañerías. El líquido que salía de las canillas era lambrusco , un tipo de uva que nace de una cuidadosa selección de uvas cultivadas en los suelos de la Emilia Romagna en dicho país.
Más específicamente, dicha bebida es fabricada por la empresa Lambursco Grasparossa di Castelvetro que en su página de Facebook explicó lo sucedido: “Debido a un fallo en la válvula del circuito de la lavado de la línea de embotellado, esta mañana salía vino de algunos grifos de la ciudad”.
Según medios italianos, por una presión más alta que la del agua , el vino empezó a circular por las tuberías en dirección contraria y se filtró en las cañerías de agua potable que conducen a las casas más cercanas a la bodega. Tras las denuncias, desde el municipio se publicó un comunicado en donde aseguraron que el incidente se resolvió el mismo día.
Por otro lado, confirmaron que el vino que llegó a las viviendas era “líquido alimentario no dañino” y estaba “libre de riesgos” . Y ni lerdos ni perezosos, muchos portales sostuvieron que muchos habitantes de Settecani aprovecharon para embotellar el lambrusco y tener con qué brindar más tarde .