El nuevo embajador argentino en Brasil dejó de ser legislador una semana después de la polémica que generó su presencia en la sesión donde se trató la reforma de las jubilaciones especiales.
El designado embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, renunció a su banca en la Cámara de Diputados y, a partir de ahora, se dedicará plenamente a su nueva labor. La última sesión en la que participó fue la semana pasada cuando fue al recinto para ayudar al Frente de Todos a lograr el quórum en el debate por la reforma de las jubilaciones especiales.
Su llegada al Congreso generó polémica y el rechazo del bloque de legisladores de Juntos por el Cambio, que amenazó con ir a la justicia y lo llamó “diputrucho”. “Mi decisión se basa en que los próximos días asumiré como embajador argentina en la República Federativa de Brasil”, explicó en la carta de renuncia que presentó en el Congreso.
Aunque Scioli insistió en que cumplió la legalidad del proceso y que no es embajador hasta que el Presidente publique el decreto en el Boletín Oficial y Cancillería dé el alta, decidió esperar para hacer más gestos diplomáticos hacia el país de destino. La decisión la tomó luego de la polémica que se generó en el recinto.
El jueves pasado, después de que el interbloque de Juntos por el Cambio se levantara y lo denunciara como “diputrucho”, el ex candidato a Presidente, que ya tiene acuerdo del Senado para ser el próximo embajador en Brasil, cruzó al edificio donde tuvo su oficina en la calle Riobamba y terminó de poner en cajas sus papeles para realizar su mudanza. Su salida ya estaba acordada pero no efectivizada.