Otra jornada de gran demanda se registró ayer en los dos mercados mayoristas de frutas y verduras de la ciudad, y el gobierno provincial realizó controles en ambos para evitar los aumentos siderales que sucedieron la semana pasada, tras la declaración de cuarentena obligatoria, que llegaron al 100 por ciento de remarcación. Sin embargo, la mayoría de los valores se acomodaron y mostraron incrementos apenas superiores a los que tenían la semana pasada.
“Estamos monitoreando los precios mayoristas y minoristas de todas las cadenas”, dijo el secretario de Comercio Interior de la provincia, Juan Marcos Aviano, quien recorrió las instalaciones junto a agentes de la Afip para detectar abusos y labrar sanciones. “Algunos vivos le jugaron una mala pasada; no al gobierno de Santa Fe, sino a los tres millones de santafesinos”, advirtió el funcionario.
En tal sentido, destacó que “este despiole lo armaron cuatro o cinco puesteros que se creen vivos en cada mercado y que quisieron aprovechar la volada. Tuvimos un pico de 800 denuncias el fin de semana, de las cuales la mitad se debía a estos abusos de precios de verduras. En las inspecciones se hicieron 25 actas de infracción, la mayoría de los puestos que venden papa y cebolla. Va a haber sanciones económicas. Si esto se repite puede terminar en clausura”, anticipó.
Por su parte, los verduleros que se abastecen en el Mercado de Productores (27 de Febrero y San Nicolás) explicaban que todos los lunes y jueves a la madrugada, días fuertes en los que entra el grueso de la mercadería fresca desde Mendoza, Salta o La Plata, los precios se acomodan por el aumento de la oferta. En cambio los otros días, cuando empieza a escasear algún producto, el valor sube. “El que tiene lo que falta, te lo cobra”, refieren.
Como el jueves mucha gente, previendo que podía declararse el aislamiento total, fue a abastecerse y llevó más que de costumbre (no sólo comerciantes, sino también particulares), el viernes había poca mercadería y los puesteros cobraron “cualquier cosa”, según apuntó un verdulero que lo presenció. En cambio, ayer volvió a entrar verdura que es lo más problemático, porque es lo más demandado, y los precios se acomodaron con una leve remarcación que atendía a problemas de lluvias en los lugares de producción.
Algunos ejemplos: la bolsa de papa, que valía 350 pesos y por la que llegaron a pedir entre 600 y 800 pesos el viernes, ayer cotizó a 450. La zanahoria, que estaba 700 y el viernes llegó a 1400, ayer estaba a 800. La cebolla, que de 250 había pasado a 500, estuvo en 350. Para evitar esta fluctuación de precios, los verduleros que tienen espalda hacen dos compras grandes por semana y guardan en cámara. “El que se vuelve loco es el que vive al día”, contaron.
Otra novedad es que los clientes están llevando verduras y hortalizas, lo que sirve para cocinar almuerzos y cenas. “Lo que está escaseando ahora es la papa, cebolla y zanahoria. También el pimiento, que viene de afuera. La fruta está en un segundo plano y se mantiene igual. La gente está comprando comida”, contó Ariel, verdulero del macrocentro. “Hoy (por ayer) ya sobró mercadería. Pero el viernes que viene va a pasar lo mismo, el Mercado es así. Lo que falta, aumenta”, advirtió.
Por otra parte, los clientes del mercado se quejaron por las aglomeraciones que se están produciendo, que pueden ser un foco de contagio en medio de la pandemia. “Me dio miedo lo que vi el viernes. Era como la Terminal de Omnibus cuando sale todo el mundo de vacaciones. Todos amontonados, uno arriba del otro, entraron tres mil personas en dos horas”, aseguró el verdulero que decidió cerrar sus puertas por 15 días y aguantar hasta que cambien las condiciones para adquirir mercadería. “Vale más mi vida que la plata”, dijo.
Las quejas de los comerciantes apuntan a la falta total de medidas de prevención como la distancia social, guantes, barbijos y alcohol en gel para los que allí ingresan.