El primer contingente de estudiantes secundarios que volvió de su viaje de estudios por Europa cumplió ayer los 14 días de aislamiento social. Pero esa no es la buena noticia, sino que ninguno de los adolescentes ni miembros de sus familias presentaron síntomas de haber contraído coronavirus. En las casas de los 48 alumnos que hace dos semanas regresaron de un recorrido por la península ibérica, respiraron aliviados. Lo mismo hicieron los funcionarios del sistema de salud. Esta semana, otros 120 jóvenes cumplirán su cuarentena.
La secretaria de Salud de la provincia, Sonia Martorano, detalló ayer sobre el estado de salud de los adolescentes en el marco de la conferencia de prensa matinal donde se actualiza la situación del Covid-19 en el territorio santafesino.
“El contingente de estudiantes completó su cuarentena de 14 días y no hay ningún infectado”, sostuvo la funcionaria y destacó la importancia de cumplir con el aislamiento social, preventivo y obligatorio.
En este sentido, subrayó la actitud de “las escuelas, las familias y los adolescentes” y del personal de salud que se encargó de “monitorear” y seguir de cerca cada uno de los casos.
Una llamada diaria
Desde el domingo 8 de marzo parece haber pasado mucho tiempo. Por entonces, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aún no había declarado como pandemia a las infecciones por coronavirus. En Argentina ya se había informado el primer caso de la enfermedad, pero todavía no se había decretado el aislamiento obligatorio para quienes volvían de viaje, ni mucho menos suspendido las clases o el cierre de fronteras para minimizar la circulación del virus.
Ese domingo por la mañana, en un vuelo chárter desde Ezeiza, llegaron a Rosario los 48 alumnos del Colegio Español que regresaban de un recorrido por la península ibérica, una de las regiones donde el virus ya se mostraba como una amenaza. Días después arribarían otros dos contingentes más de alumnos, formados por unos 120 adolescentes, que habían recorrido Italia.
Ni bien llegaron a la ciudad, todos quedaron bajo protocolo del Ministerio de Salud que incluyó la prohibición de asistir a la escuela por 14 días, no participar de actividades sociales, ni concurrir a espacios de alta circulación de personas. Además, las familias recibían el llamado diario de agentes sanitarios para consultarles sobre el estado de salud de los adolescentes y su grupo más próximo.
Trabajo conjunto
El secretario de coordinación territorial del Ministerio de Salud provincial en Rosario, Miguel Rabbia, estuvo al frente de este seguimiento que consideró exitoso, ya que sumó el trabajo conjunto del área de Salud, las escuelas, las familias y los mismos jóvenes.
“Hicimos un seguimiento diario protocolizado, que se basó en tres acciones: un llamado diario a las familias para informarnos si alguno de los chicos había presentado alguno de los síntomas de la enfermedad (fiebre, tos, dolor de garganta, entre otros), insistir sobre las cuestiones de aseo y limpieza del hogar y, sobre todo, la importancia de la restricción social para no poner en riesgo al resto de la sociedad”, describió.
La tarea concluyó ayer con los integrantes del primer contingente de alumnos y concluirá el próximo miércoles cuando se cumplan 14 días del regreso del último grupo de estudiantes. En total, fueron 168 las familias sujetas a este protocolo.
Rabbia remarcó que “siempre existió un buen trato entre los equipos de salud y los grupos de padres de los alumnos y los directivos de las escuelas” y destacó que “pudimos garantizar la medida de restricción social incluso antes de que el gobierno nacional la considerara obligatoria”.
Es más, apuntó que los colegios fueron excelentes aliados al momento de asegurarse que los adolescentes cumplieran el aislamiento, sobre todo cuando en las redes sociales empezó a circular información sobre la conducta de algunos alumnos. “Fueron sólo algunas situaciones y no volvió a suceder. Los colegios tomaron en sus manos el control moral de sus alumnos y dio resultado. Más no podíamos hacer”, sostuvo el funcionario.