Las autoridades sanitarias de China aprobaron el inicio de ensayos clínicos de tres vacunas contra Covid-19, la enfermedad generada por el nuevo coronavirus, según ha informado este martes el Ministerio de Ciencia y Tecnología chino. Una de ellas ya había hecho ensayos en humanos en marzo y ahora comienza con su etapa 2.
Se trata de una vacuna basada en vectores de adenovirus, desarrollada por un equipo de investigación dirigido por Chen Wei, académica de la Academia de Ingeniería de China e investigadora del Instituto de Medicina Militar, subordinado a la Academia de Ciencias Militares. Fue la primera en recibir autorización para el ensayo clínico.
La primera fase de las pruebas clínicas se completó a finales de marzo y la segunda comenzó el 12 de abril. Se trata de la primera vacuna contra Covid-19 a nivel mundial que entró en la segunda etapa de ensayos clínicos, según la Organización Mundial de la Salud.
En comparación con la primera fase, en la segunda se eliminó el límite de edad, con el fin de permitir la participación de voluntarios mayores de 60 años. Como los ancianos representan un alto porcentaje de los pacientes con Covid-19 cuya condición llega a ser grave, la vacuna debe construir un escudo de seguridad para ellos, dijo Chen.
Los 108 voluntarios que completaron la primera fase de pruebas el 27 de marzo han finalizado la observación médica centralizada y están en buenas condiciones.
La segunda fase reclutará a 500 voluntarios e introducirá el grupo de control de placebo para evaluar en más detalle la inmunogenicidad y la seguridad de la vacuna. Hasta las 17 horas del 13 de abril, 273 voluntarios habían sido inoculados.
Las otras dos vacunas que comenzarán con ensayos clínicos son desarrolladas por el Instituto de Productos Biológicos de Wuhan, subordinado al Grupo Nacional Farmacéutico de China (Sinopharm) y la Corporación de Investigación y Desarrollo Sinovac, con sede en Beijing.
Se trata de la primera partida de vacunas inactivadas para la neumonía Covid-19 del país que alcanzan la autorización de pruebas clínicas.
Estos fármacos recurren a microorganismos patógenos muertos para fortalecer la inmunogenicidad y las vacunas desarrolladas mediante dicha técnica cuentan con ventajas en cuanto a un proceso de producción maduro, estándares de calidad controlables y una amplia gama de protección.
China sentó una sólida base para la investigación en el campo de las vacunas inactivadas, utilizadas ampliamente para luchar contra la hepatitis A, la influenza, la enfermedad de mano, pie y boca, así como la poliomielitis. Los desarrolladores de las vacunas cuentan con la capacidad de producción a gran escala y están preparados para el uso de emergencia de los fármacos según las leyes y regulaciones pertinentes.
La pandemia del nuevo coronavirus originadoen la ciudad china de Wuhan dejó hasta la fecha más de 1,9 millones de personas contagiadas y acabó con la vida de más de 120.000 personas en 185 países, según los datos oficiales recopilados por la Universidad Johns Hopkins.