El golpe del viernes a las medidas de aislamiento para frenar la propagación del coronavirus en las puertas de los bancos, donde hubo colas descontroladas, sirvió de lección y este sábado la Municipalidad reforzó los controles con un operativo que ubicó sillas frente a las sucursales, entregó bebidas calientes y puso en la calle a cien asistentes.
El esquema de trabajo, a cargo de personal de distintas áreas y voluntarios, facilitó la organización y el desarrollo de las operatorias en las entidades financieras abiertas para el pago de prestaciones a jubilados y pensionados durante el fin de semana.
En la jornada, un centenar de trabajadoras y trabajadores municipales, algunos reubicados de sus funciones habituales, y miembros de Rosario Solidaria y Scouts Argentina, tuvieron a su cargo la contención y organización de quienes se acercaban a las sucursales que abrieron sus puertas.