Los sucesos se iniciaron a las 18.30, cuando los más de 30 presos de la Comisaría 12ª de la ciudad de Santo Tomé, promovieron un gran desorden en los calabozos con la evidente intención de facilitar el trabajo de otros detenidos que intentaban forzar las rejas y una vez vencidos los metales, poder escapar. Esa comisaría aloja el doble de la capacidad logística operativa de presos dentro de los penales que es de 16, y actualmente son 34.
Restablecimiento del orden
Como consecuencia del desorden generalizado, oficiales y suboficiales del Comando Radioeléctrico santotomesino, rodearon la dependencia policial para evitar la fuga de los aprehendidos y llevar tranquilidad a los vecinos. Luego llegaron los retenes del Cuerpo Guardia de Infantería CGI de la policía capitalina, que en principio intentaron dialogar con los internos, pero ante la negativa ingresaron al penal y restablecieron el orden, y realizaron una pormenorizada requisa en cada uno de los calabozos. Finalizado el conflicto, quedaron apostados policías de Infantería en la dependencia policial.
Desborde
En el caso de la Comisaría 12ª de la ciudad de Santo Tomé, una de las dependencias de Orden Público que aloja el doble de detenidos de la capacidad real que solo alcanza para 16, y hoy hay 34.
Además, y en razón de la destrucción de un 70 por ciento de la cárcel de Las Flores, en el motín que se inició en la tarde del lunes 23 de marzo, las personas aprehendidas por la policía capitalina, no pueden ser derivados a esa penitenciaría, actualmente en reparación. Se agrega y completa el cuadro, a sabiendas que el Servicio Penitenciario santafesino cuenta actualmente con más de 1.000 presos -casi 7.000- siendo que su capacidad es inferior a 6.000.