En Bangkok, la capital de Tailandia, un hospital decidió colocarles mini máscaras protectoras a los recién nacidos para evitar que se contagien del nuevo coronavirus (COVID-19).
En el área de obstetricia y neonatología del Hospital Praram 9, el equipo de salud cubrió con esos pequeños protectores faciales de plástico a los bebés con madres contagiadas portadoras del COVID-19, una medida inédita pero a la vez no recomendada aún por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“A priori, la máscara para el lactante no parece ser de gran utilidad. Como equipo médico, favorecemos el contacto piel con piel entre la madre y el bebé y por supuesto la lactancia, mientras se respeten algunas recomendaciones”, explica a Con Bienestar el médico neonatólogo Gonzalo Mariani (M.N. 76.432), jefe del Servicio de Neonatología del Hospital Italiano de Buenos Aires.
El especialista señala que la mamá tiene que adoptar otras medidas para no contagiar al recién nacido: “Distancia de dos metros con la cuna, uso de barbijo, higiene adecuada y periódica de manos y cuerpo, y, si desea amamantar, colocarse un camisolín y hacerlo fuera de la cama”.
Las máscaras protectores ya se usan en instituciones como el Hospital Praram 9 de Huai Khwang, un distrito de Bangkok, y una clínica de la provincia de Samut Prakarn.