No es una historia más en medio de tanta angustia y muerte por la pandemia del coronavirus. La historia de Angela Primachenko está dando la vuelta al mundo. Y no es para menos. Es que esta mujer residente en la ciudad de Vancouver (Washington) acaba de recibir el alta del hospital tras haber dado a luz a su pequeña, Ava, hace tan solo unos días. Lo más llamativo es que esta joven de 27 años no tuvo un parto común al contagiarse de coronavirus.
Angela Primachenko estaba embarazada de 33 semanas cuando a finales del mes de marzo se hizo la prueba de COVID-19 porque tenía fiebre y otros síntomas relacionados con la enfermedad.
Poco tiempo después la situación empeoró, al punto que terminó en la Unidad de Cuidados Intensivos con respirador y en coma inducido. La situación inquietaba mucho a los médicos, que buscaban la manera no sólo de salvar la vida de Angela, sino también la de su hija.
Así, los médicos del Legacy Salmon Creek Medical Center decidieron inducirle el parto. Estaba de 34 semanas. El objetivo era darle a Angela «más oportunidades de pelear y al mismo tiempo proteger a su hija», según cuenta «Today», medio al que la joven le brindó una entrevista.
Ni bien nació la pequeña, de nombre Ava, fue trasladada a la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN), donde aún permanece. Durante su estancia en el hospital, Angela solo pudo ver y conocer a su pequeña a través de videollamada.
View this post on InstagramA post shared by Angela Primachenko (@angela_primo) on
Por suerte, hoy ya está en casa. Pero su pequeña no, aunque ya puede abrazarla porque ya ha superado la enfermedad después de haber dado negativo en las nuevas pruebas por coronavirus. “¡Estoy llorando ahora! ¡Estoy libre de Covid-19! ¡Y sosteniendo a mi bebé en mis manos!”, escribió en Instagram la mujer, donde ha publicado recientemente una foto en la que por fin tiene a Ava en sus brazos.
View this post on InstagramA post shared by Angela Primachenko (@angela_primo) on