El dato se desprende de la publicación del Índice Compuesto de Actividad Económica de la Universidad Nacional de Tucumán.
El Índice Compuesto de Actividad Económica (ICAE) de marzo de 2020 mostró una profundización en la recesión iniciada en noviembre de 2017, la cual abarca 28 meses de duración y una caída de la economía, en términos del Producto Bruto Interno (PBI) del 8,6%, a una tasa promedio anualizada del 6%.
Pero, como consecuencia de la pandemia del coronavirus, se agudizó en abril, donde algunas actividades, como en la industria automotriz, se paralizaron al extremo de no producir ni un auto, estimaron los economistas Juan Mario Jorrat y Pablo Agustín Pero, del Centro de Investigaciones del Ciclo Económico y Crecimiento (Cincec) y de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), tras actualizar los valores del ICAE.
Para determinar el costo del aislamiento social, preventivo y obligatorio, los economistas tomaron como punto de partida un nivel de PBI para 2019 de u$s 430.000 millones, y dado que la cuarentena comenzó en el último tercio de marzo, mes en que la actividad se contrajo 1,5%, un 0,6% se explica por el efecto de la pandemia, unos u$s 2.400 millones.
Además, para estimar la caída registrada en abril, los economistas de la UNT señalan: “La constancia del efecto recesión puro y que los 30 días la baja fue proporcional a los 12 días de cuarentena de marzo, otros USD 6.000 millones”, totaliza en ese período unos USD 8.400 millones.
“Si a la cuarentena se le agrega la caída propia de la economía argentina, se conjetura para abril 2020 una caída en el indicador de actividad del 2,3 por ciento”.
El ICAE brinda información mensual para medir la actividad económica agregada, y permite tener una idea razonable de la evolución de la coyuntura en el corto mediano y largo plazo.
Para el caso de marzo ,“se nota que los diez indicadores coincidentes base registran contracciones en sus magnitudes. Además, se los puede ordenar según la relevancia del golpe de la recesión, en base a las variaciones mensuales de cada uno de ellos”.
Además, Jorrat y Pero lograron determinar el impacto total de la recesión, a través del análisis de los ciclos económicos, respecto del punto máximo anterior: “De las 10 series coincidentes, el empleo privado registrado es el menos afectado, 5,0%; luego siguen el PBI 8,2% y el EMAE 9,4%, porque sus contenidos de servicios que responden al crecimiento vegetativo de la población los hacen menos sensibles.”
Por el contrario, fueron muy afectados el ingreso real de los trabajadores del sector privado registrado (20,9%), la producción industrial (21,4%) y la recaudación nacional total (21,6%).
Pero, el mayor impacto negativo de la pandemia se observó en la construcción 33,3%; las ventas totales 37,4%; las importaciones de bienes 55,9%; y la venta de automotores nuevos 72,8 por ciento.
Y los números para abril y mayo no lucen mayores, porque la flexibilización del confinamiento comenzó por el comercio, pero las familias en general enfrentan un severo deterioro en la capacidad de compra de sus ingresos. Y, para peor, muchos están dominados por la incertidumbre sobre su actividad laboral, en particular los que se dedican a la construcción y sectores mano de obra intensiva, como es el caso de la mayor parte de las pyme.