El Gobierno amplió el plazo para adherir al canje de deuda hasta el 22 de mayo próximo, en busca de llegar a un acuerdo con los acreedores y evitar el default. La medida fue publicada este lunes en el Boletín Oficial.
“Extiéndese la fecha de vencimiento de la Invitación a canjear establecida en el Suplemento de Prospecto del 21 de abril de 2020, la que vencerá el 22 de mayo de 2020 a las 17:00 de Nueva York”, consignó la resolución 221 del Ministerio de Economía.
Tras la baja aceptación a la propuesta argentina de reestructuración de la deuda externa, el Gobierno retoma contacto con los acreedores para evitar caer en default. “Durante el fin de semana hemos recibido algunas señales en el sentido que la Argentina quiere seguir negociando”, señalaron desde los fondos de inversión.
Hasta el momento, el Ministerio de Economía, a cargo de Martín Guzmán, no informó sobre el resultado de esta convocatoria, pero los trascendidos dan cuenta de una baja aceptación, que no llegaría al 20%.
Frente a este bajo nivel de aceptación, en el Gobierno se está trabajando en mejorar la oferta argentina. Los ejes pasan, en lo sustancial, por respetar el capital original (en lugar de la quita de 5% prevista en la oferta original), reducir a menos de tres años el período de gracia, capitalizar intereses durante ese plazo (una alternativa hasta ahora no contemplada) y subir la tasa de interés del cupón.
La propuesta argentina contempla un interés promedio del orden de 2,5% anual. En medios de los acreedores se señala que “con una suba de un punto a un punto y medio, los números cierran”. Habrá que ver si el país está dispuesto a una concesión de esta magnitud.
Otro aspecto que la propuesta argentina contemplaría sería el otorgar un incentivo a los bonos vinculando el crecimiento del PBI. Sin embargo, para los acreedores, según señalaron a Ámbito, este punto no es muy atractivo y al respecto, recuerdan que las propias proyecciones macroeconómicas del Ministerio de Economía, estiman un “magro” crecimiento del PBI de 1,7% anual hasta fines de la década.
Desde los bonistas se insiste en que la oferta argentina tendría que acercarse a un valor cercano a 60%, usando una tasa de descuento del 10% anual. En tanto, en los pasillos de la Rosada hablan de un 40%. La apuesta es que ”las posiciones puedan lograr un postura en el orden del 50%”, estiman los que siguen estas negociaciones.
La señal del Gobierno de continuar las negociaciones la hizo llegar el propio presidente Alberto Fernández al informar que estaría dispuesto a recibir sugerencias de los acreedores.
Defensa
En tanto, desde el Ministerio de Economía salieron por las redes sociales, a defender la propuesta argentina argumentando que cuenta con el respaldo de todos los argentinos. “Estamos unidos, con una única bandera, para darle un futuro sostenible a la Argentina”, aseveró Guzmán a través de la cuenta de twitter del Ministerio, y agregó “Resolver la crisis de deuda es política de Estado”.
Guzmán, en el video, muestra comentarios de empresarios y periodistas que, en realidad, apoyan a que Argentina no vuelva a caer en default, pero no hablan de los detalles de la propuesta de reestructuración.
El lunes pasado, el presidente Alberto Fernández se sacó una foto con sindicalistas y los empresarios del Grupo de los 6 en la Quinta de Olivos para enfatizar el apoyo a la propuesta. Pero desde el sector empresario se ocuparon de aclarar que la adhesión es el sentido de “evitar el default” no una valoración sobre la propuesta presentada.
Es que desde hace un tiempo se escuchan voces contrarias a la gestión del ministro Guzmán. Dentro del gobierno, algunos funcionarios cuestionan el que haya perdido tanto tiempo en las negociaciones, tiempo que ahora le juega en contra al país.
Por su parte los bonistas argumentan que el “vinculo está cortado“. Admiten que le tienen desconfianza, más aún después de ver que el Ministerio de Economía difundió la semana pasada la propuesta que, de manera reservada, había formulado el fondo de inversión BlackRock al gobierno argentino.
La relación se resquebrajó de tal manera que, hace una par de semanas atrás, se comentó que los bonistas tenían la intención de acercar una contrapropuesta pero que no “encontraron un interlocutor confiable”, señalan quienes conocen los pormenores de los bonistas.