El proyecto del impuesto a las grandes riquezas impulsado por el oficialismo ya está escrito.
Carlos Heller, presidente de la Comisión de Presupuesto en la Cámara de Diputados, definió la letra chica de la iniciativa, que solo espera la reanudación de las sesiones legislativas y de la actividad en las comisiones para presentarla.
“El proyecto ya está listo, pero no lo queremos hacer público hasta tanto no se habiliten los debates remotos en las comisiones respectivas y se reanuden las sesiones en la Cámara. Presentarlo antes de tiempo sería someterlo a un fuerte desgaste, ya que hay sectores con fuertes intereses que no quieren que se trate”, indicaron fuentes del Frente de Todos.
Planteado como un impuesto “por única vez”, el proyecto oficial alcanza potencialmente a 12.000 personas. Establece una alícuota del 2% para aquellos que hayan declarado un patrimonio superior a los $200 millones (alrededor de US$3 millones al tipo de cambio oficial), con escalas que crecientes hasta el 3,5% para quienes posean más de $3000 millones.
El diputado Heller indicó que el objetivo es recaudar entre $200.000 y $220.000 millones, que deberían ser destinados a cubrir parte del gasto que el Estado debió destinar al sistema de salud a raíz de la pandemia del coronavirus.
La alternativa opositora
En Juntos por el Cambio, el principal bloque opositor, la mayoría de las voces son críticas de la propuesta del oficialismo. A manera de alternativa, en el Senado un grupo de legisladores presentó el mes pasado un proyecto para crear una “contribución extraordinaria” sobre los bienes que superen los 200 millones de pesos, pero que esté orientada a la inversión.
El proyecto fue presentado por el senador sanjuanino Roberto Basualdo, del bloque Producción y Trabajo, y fue acompañado por sus pares Humberto Schiavoni, Alfredo De Angeli, Claudio Poggi, Gladys González, Laura Rodríguez Machado, Ernesto Martínez y Pedro Braillard Poccard, y también por Juan Carlos Romero, del Interbloque Federal.
La iniciativa les da a los contribuyentes alcanzados por este impuesto la opción de destinar ese importe a inversiones en construcción, mejora o adquisición de bienes inmuebles, de automotores nuevos y de bienes de uso, entre otros rubros, para ayudar a atender las consecuencias económicas derivadas de la pandemia del Covid-19.
Si el contribuyente decide tomar ese camino, el monto de la inversión efectivamente realizada no será computado al momento de determinar la base imponible del impuesto sobre los bienes personales por el término de un período fiscal.