Desde la cámara que los agrupa presentaron un protocolo por el que las marcas concretarían las ventas de manera remota y los compradores retirarían los productos.
La Cámara Argentina de Shopping Centers (CASC) le pidió este martes a las autoridades nacionales, provinciales y municipales que se permita la modalidad “take away” (de compra remota y retiro de productos por parte del consumidor) para que sus locatarios puedan concretar ventas sin romper el aislamiento social preventivo y obligatorio.
“Los clientes podrán concretar compras vía electrónica o telefónica y retirar la mercadería en un shopping center de cercanía“, idearon desde la CASC.
La recolección de los productos podrán hacerse “desde el vehículo del comprador, sin necesidad de descender del mismo y sin contacto con el empleado que le entregará la bolsa con su pedido contra la presentación de un recibo impreso o un código QR“, detallaron en un comunicado.
De acuerdo con la modalidad propuesta por la CASC, los consumidores pasarán por los estacionamientos y las puertas principales de los shoppings para retirar sus compras, así que no se espera que haya clientes adentro de los centros comerciales.
El objetivo es que el “take away” funcione como “un paliativo” para las finanzas de las compañías cuyas marcas dependen de las ventas en shoppings y que están en rojo “luego de más de dos meses de inactividad absoluta”.
Desde la cámara indicaron que las empresas que alquilan locales en los shopping centers son en su inmensa mayoría pymes que “actualmente enfrentan enormes dificultades” para afrontar gastos fijos como el pago de sueldos, impuestos, tasas municipales.
“No estamos pidiendo nada que no se le haya concedido a otros rubros comerciales. No solicitamos privilegios, pero tampoco queremos ser discriminados”, explicó el gerente general de la CASC, Mario Nirenberg.
Nirenberg señaló que los “centros comerciales permanecerán cerrados hasta que las autoridades lo determinen”, pero mientras tanto desde la CASC asumieron que “es posible y seguro” concretar ventas de manera remota y retirarlas en los centros comerciales.
El protocolo de la CASC para la seguridad e higiene de la modalidad todavía está en la etapa de análisis por parte de las autoridades. La industria de los shopping centers emplea a 100.000 personas en forma directa e indirecta.
“Los miembros de la CASC estamos haciendo un enorme esfuerzo para acompañar a nuestros locatarios en este momento de crisis y de cero ingresos; por eso solicitamos paliar en parte esta crisis abriendo la posibilidad del “take away” que no representa (estamos seguros) riesgo alguno de propagación de la enfermedad”, concluyó la cámara.