Así lo confirmó el Cadic, un organismo dependiente del Conicet en Ushuaia.
La decisión del Centro Austral de Investigaciones Científicas (Cadic), un organismo dependiente del Conicet con sede en Ushuaia, de erradicar una plaga de conejos silvestres mediante la fumigación con gas fosfina, originó una polémica con asociaciones protectoras de los animales que llevaron el tema a la Justicia.
El Cadic emitió un comunicado en el que explicó que la proliferación de estos animales en inmediaciones de la institución produce un riesgo “ambiental y sanitario” para la zona, y en particular un problema para el propio edificio del organismo.
“Los conejos construyen madrigueras que producen hundimientos y derrumbes, poniendo en serio riesgo la infraestructura que apoye sobre ellas, como el edificio del Cadic”, detalló el comunicado.
Además, mencionó que este tipo de fauna “destruye la vegetación, eliminando el hábitat de especies nativas y dejando expuesto el suelo a la erosión del viento y las lluvias”, a la vez que representa “un riesgo sanitario ante el contacto con animales domésticos o con las personas” y “para la seguridad de las aeronaves” ya que el lugar se encuentra próximo a un aeropuerto.
Respecto al método para contener la plaga, el organismo precisó que se utilizará “una fumigación pasiva y extracción manual” a través de un procedimiento que “no implicará riesgo para la seguridad ni la salud de humanos ni de otras especies animales y posee un impacto nulo para el medioambiente”.