Según la Cámara Argentina del Acero, las plantas siderúrgicas que producen insumos para los sectores esenciales o que cuentan con procesos no interrumpibles “se mantuvieron operando con dotaciones o guardias mínimas” mientras que “un grupo grande de plantas, fundamentalmente productoras de aceros largos, transcurrieron abril sin poder producir y limitando su escasa operación a despachos de productos en stock para sectores autorizados a operar o para exportaciones comprometidas.”
El rubro se vio sumamente afectado por la baja demanda hierro redondo y acero por parte del sector de la construcción, que en abril vio caer su actividad un 75,6% interanual, y por la casi nula cantidad de operaciones en la industria automotriz.
Precisamente, el sector de Vehículos automotores, carrocerías, remolques y autopartes, fue uno de los que más sufrió en abril, con una caída del 88,5%. La producción de vehículos se redujo un 100% debido a que todas las terminales automotrices estuvieron sin actividad, por lo cual no se registraron unidades producidas de automóviles, utilitarios y transporte de carga y pasajeros.
Otro sector muy perjudicado por la cuarentena fue el de Prendas de vestir, cuero y calzado, que registró una baja del 79,1%. Según lo explicado por el INDEC, el cese de la actividad comercial fue uno de los principales factores que generó esta pérdida.
La sustancial caída en la demanda por parte del sector confeccionista generó derrumbes del 90,3% en la producción de tejidos y acabados de productos textiles y del 93,4% en la fabricación de hilados de algodón.
Los sectores que menos cayeron durante abril fueron el de alimentos y bebidas, el de madera, papel, edición e impresión y la de sustancias y productos químicos. En alimentos, incluso se verificaron subas en algunas industrias, como la de carnes, lácteos, yerba mate, té y café, enmarcadas dentro de las actividades esenciales y con una demanda que se mantuvo relativamente estable.
De esta manera, el acumulado del primer cuatrimestre de 2020 presentó una disminución del 13,5% respecto a igual período de 2019. Paralelamente, el índice desestacionalizado del INDEC reflejó una contracción del 18,3% respecto a marzo.
En abril, la industria sufrió una de las peores caídas de su historia y extendió su crisis, que ya acumula dos años.
Las estimaciones privadas habían sido menos pesimistas respecto a lo que difundió INDEC en esta jornada. FIEL había previsto una caída industrial del 25,6% interanual mientras que Orlando Ferreres pronosticaba una merma del 27%.
Respecto a las perspectivas a futuro, en Ferreres dijeron que en abril se alcanzó el punto más crítico de la crisis y dejaron lugar para cierto optimismo al destacar que, durante mayo, las restricciones en varias ramas fueron flexibilizadas y sectores que detuvieron su producción durante abril reactivaron sus plantas.
Por el contrario, en FIEL fueron mas escépticos; sostuvieron que el deterioro de las expectativas de crecimiento y la confianza en la industria de Brasil no ayuda a alimentar las esperanzas en una recuperación a nivel local y que “la presente recesión industrial resultará la más larga de los últimos 40 años”.
Fuente: Ambito.com