El país donde se desbocó el coronavirus, registró un repunte del 3,2% en el segundo trimestre de este año.
La economía china cayó un 6,8 % en los primeros tres meses del año, en la que fue su primera contracción desde 1976. La actividad económica entre abril y junio superó el pronóstico medio del 2,4 % de los analistas encuestados por Bloomberg.
Se considera que un país entra en recesión técnica si su PIB se contrae dos trimestres seguidos. Sin embargo, la segunda economía del mundo es un 1,6 % más pequeña que su tamaño de hace un año. Una continuada caída en las ventas minoristas está socavando la recuperación de la producción industrial.
El consumo interno se mostró peor de lo que se esperaba y la economía se mantiene vulnerable a caídas en la demanda extranjera de productos chinos, debido a las restricciones que siguen perjudicando la actividad en otros países.
El repunte fue “causado por estímulos crediticios, como es obvio en la fuerte inversión inmobiliaria y de infraestructura, mientras que la recuperación en ventas minoristas e inversiones privadas permanece rezagada”, comentó Michelle Lam, economista en Société Générale en Hong Kong, según publicó RT.
Los analistas consultados por Bloomberg ven como obstáculos principales a la plena recuperación de China la presión del desempleo causado por el cierre de la producción por la pandemia en el primer trimestre y los esfuerzos de EE.UU. de impedir que sus empresas y las de otros países hagan negocios con compañías chinas.
“La recuperación china es más fuerte que la del resto del mundo, en mayor medida beneficiándose del control epidémico efectivo y el proceso ordenado de normalización. En la segunda mitad, el impulso de recuperación será más suave”, opinó Zhu Haibin, economista principal para China en JPMorgan Chase and Co.