La Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico de Argentina se pronunció contra la iniciativa eclesiástica que establece un sistema para recibir denuncias de abusos sexuales cometidos por miembros del clero.
Luego de que los arzobispados de Santa Fe y Rosario anunciaran la puesta en marcha de un sistema para recibir reportes sobre abusos sexuales cometidos por miembros del clero, lo que les valió una denuncia en la justicia penal por “usurpación de funciones”, la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico de Argentina emitió un comunicado en el que critica duramente la iniciativa de los arzobispos Fenoy y Martín y advierte que “una vez más, la iglesia católica intenta evadir y burlar el debido proceso. Una vez más intenta quebrar la Justicia, la única justicia para delitos graves cometidos por quienes forman la iglesia”.
En esta línea de razonamiento, cuestionan puntualmente tres de los ítems del “protocolo” presentado por el Arzobispado de Santa Fe:
– Que “los informes contendrán los elementos de forma detallada, como indicaciones del tiempo y lugar de los hechos, de las personas involucradas o con conocimiento de los mismos”.
– Que “en todos los casos, los hechos o sospechas denunciadas deben estar fundadas. Deberán estar firmados, con número de D.N.I. y un teléfono o dirección de correo electrónico”.
– Y que “para esto se designó a un responsable de recibir esos informes y un asistente”.
Frente a estos tres puntos, desde la Red se preguntan “¿quién en su sano juicio recurriría al victimario mismo para solicitar justicia y reparación? ¿Qué nos hace creer o considerar que quienes ya optaron por proteger, resguardar y encubrir delincuentes, optarán ahora por las víctimas?” y argumentan que “la historia, los hechos y nuestra experiencia propia certifican que no lo harán, que ya eligieron: ya han tomado partido y es por los delincuentes. Lo hicieron así con los curas Ilarraz, Moya, Escobar Gaviria, en Entre Ríos, y hasta César Grassi a varios años de su condena conserva el estado clerical. Siguen siendo curas, son delincuentes que son parte de la institución eclesiástica. Y es así porque tienen el aval del mismo Papa Francisco”, explican.
Hacia el final del comunicado, afirman que “es imperioso recordar y tener presente que no es lo mismo un pecado que un delito, que no es lo mismo víctima que victimario, y que la iglesia no es el Estado. Y aquí está la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico de Argentina para recordarlo, tenerlo presente y repetirlo. No nos callan nunca más”, concluyen.